Cindy
Me aparté un poco de Bruno. Todo mi cuerpo seguía temblando, y no solo por el agotamiento físico. Mis emociones eran un caos, una mezcla de deseo, confusión y una pizca de culpa que no quería admitir. Sabía que debía mantener distancia, pero cada fibra de mi ser parecía gravitar hacia él.
El teléfono en su bolsillo vibró nuevamente. No había dejado de hacerlo en los últimos minutos, pero Bruno lo ignoraba por completo, ni siquiera miraba la pantalla. Sin embargo, cuando me separé, el sonido insistente pareció ganar la batalla. Lo vi sacar el móvil y echarle un vistazo rápido.
El nombre en la pantalla lo congeló. Thor.
Sus hombros se tensaron y su mandíbula se apretó, pero no dijo nada. Simplemente guardó el teléfono de nuevo en su bolsillo, su mirada volviéndose más seria, más impenetrable. Luego, con un movimiento firme, se acercó, tomó mi brazo con cuidado y me levantó con una facilidad desconcertante. Me dejó de pie en el suelo como si no pesara nada.
—Voy a cambiarme —murmur