CAPÍTULO 44
Luna miró su celular y allí seguían las llamadas perdidas, tuvo pesadillas horribles por la noche, y tenía unas ojeras muy marcadas.
El cielo estaba gris, con unas gotas de lluvia que apenas la alcanzaron cuando entró al hospital de nuevo. Caminó con pasos rápidos por los pasillos ya conocidos, saludando con la mirada a una enfermera, pero algo en el ambiente se sentía distinto.
—¿Habitación 312? —preguntó al recepcionista, aunque lo sabía perfectamente.
El hombre levantó la vista de su pantalla y respondió con voz neutra:
—El paciente fue dado de alta, están por salir.
Luna asintió y luego vio a su hermana en el pasillo, estaba realmente trasnochada y ella se acercó.
—Te ayudo —Abril solo asintió y ella se encargó de algunas cosas, para ir al estacionamiento y colocar todo en el auto.
La cara de Alex al ver el auto no fue buena, pero todos guardaron silencio cuando ella manejó de regreso a casa. Y no pudo evitar mirar el anillo en su dedo que relucía como ninguna otra cos