CAPÍTULO 58
El camino de regreso fue silencioso. Abril no dejaba de hablar sobre lo que le parecía increíble el embarazo de su mientras Luna iba en el asiento trasero con la frente pegada al vidrio, como si el paisaje urbano pudiera resolver lo que sentía. Y al mismo tiempo, un poco queda por la expresión de Andrey.
Andrey iba junto a ella, pero no la había tocado. No desde que salieron del hospital. No desde que escucharon la palabra que se le quedó clavada en el centro del pecho: *embarazo*.
—Denzel —murmuró Andrey al llegar a casa, ya en la nueva residencia—. Necesito hablar contigo.
—Y yo contigo —dijo Luna, cuando el auto estacionó.
Abril entendió de inmediato y les dijo al bajar del auto.
—Voy a salir a caminar… necesito procesar esto. Dios… un bebé. No puedo creerlo —susurró con una sonrisa emocionada antes de dejarles la privacidad que, sin saberlo, estaban pidiendo a gritos.
El silencio los envolvió cuando la puerta se cerró. Luna se volvió hacia los dos hombres que la miraba