James llegó temprano a la oficina de Noah, aunque no había dormido bien. La propuesta de Berlín seguía girando en su mente como una moneda en el aire, aún sin caer. Noah lo recibió con una mirada que mezclaba curiosidad y cautela. No era común que James pidiera una reunión sin previo aviso.
-Es una oportunidad que no puedo ignorar-dino James un poco serio-. Liderar el proyecto en Berlín pondría a Janix en otro nivel. Pero no quiero dejar esto sin alguien que lo entienda.
Noah se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos.
—¿Y el proyecto aquí?
—Damián se queda.Cualquier cosa que necesiten. él los ayudará.
-¿Damián? ¿Crees que puede manejarlo?
-No tiene vínculos emocionales con nadie. Es lo mejor. Isabelle no lo tomará bien. Pero esto no es personal. Es estrategia.
Noah asiente, aunque su expresión revela duda. En ese momento, Isabelle llego al pasillo. Estaba a punto de tocar la puerta, pero se detiene al escuchar su nombre
Isabelle no reaccionó de inmediato. No se movi