La Mansión Moore se encontraba impecable, bañada por los últimos rayos de sol de la tarde, como si se hubiera vestido para la llegada de alguien importante. Los jardineros repasaban cada borde, los encargados de servicio acomodaban copas, y Evelyn Moore caminaba de un lado a otro revisando detalles con precisión obsesiva. Gregory Moore se encontraba en la biblioteca, hojeando informes de inversión, mientras Noah se mantenía en su habitación, aparentemente descansando antes de la cena. James, por su parte, cruzaba el jardín aún con el teléfono en una mano, voz baja pero firme en medio de una llamada corporativa. Vestía pantalones oscuros, camisa blanca abierta en el cuello, sin chaqueta, con el cabello ligeramente despeinado por la brisa. Imponente sin esfuerzo. Fue él quien la vio primero. El auto negro se detuvo en la entrada de la mansión. Isabelle Hartley bajó con elegancia natural, vestida con un conjunto de viaje beige que realzaba su figura delicada. Al ver a James, alzó
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