NARRADOR OMNISCIENTE
Electra, James, Isabella y Barrick se dirigieron al campamento improvisado donde habían dejado a los demás. El aire fuera era completamente distinto. Denso. El tipo de tensión que se podía oler a kilómetros.
Hanna y Derek ya estaban allí, y ambos lucían visiblemente preocupados.
En cuanto Electra apareció, Hanna salió disparada hacia ella y la abrazó con tanta fuerza que casi le quebró los huesos.
—¡Oye! Que necesito respirar —dijo Electra entre risas. Aunque solo habían pasado unas horas, extrañaba a su única amiga de infancia.
—Me tenías muy preocupada —le respondió Hanna con lágrimas en los ojos—. ¿Por qué diablos no me esperaste? ¡Te encanta hacerme enojar!
Electra rodó los ojos. Hanna se comportaba como su madre desde que descubrió que era su guardiana, aunque… la verdad, siempre había sido así, incluso antes de saber que ambas tenían poderes.
—Sí, mamá, como digas —bromeó Electra.
—¡Eres increíble, Karleen! —la fulminó con la mirada y se cruzó de brazos, dá