Los días han pasado mientras trato de escapar de mi abuela y de mis suegros. Pero, sobre todo, intento mantener la calma con mi prometida. Lúa está furiosa conmigo porque estuve de acuerdo con la idea de que todos vivamos juntos, además de sus caprichos por estar embarazada. Ya no sé qué hacer para contentarla.
—Henry, necesito hablar contigo urgente. Ven conmigo a mi oficina —la voz de Leonard me saca de mis pensamientos en la puerta de la oficina de Lúa, donde todavía trabajo como asistente.—Sí, señor —respondo poniéndome de pie.Caminamos en silencio hasta llegar al despacho de la dirección. Leonard me deja pasar y cierra la puerta detrás de él mientras se dirige a su buró.—Siéntate, Henry —me pide muy serio, mientras él también se sienta—. Primero, quiero que dirijas los estudios de Brayan.