Alexander
El aire pesado en la oficina me oprime los pulmones. El sonido del teclado bajo mis dedos me recuerda lo vacío que se ha vuelto mi vida desde que ella se fue. He trabajado sin descanso, sumergido en papeles, en números, en todo aquello que me mantiene alejado de los recuerdos de Sofía. Pero nada puede borrar la imagen de sus ojos, esa mirada que siempre me desbordaba de vida y miedo a la vez.
La habitación es demasiado silenciosa, hasta el punto en que mis pensamientos retumban en mi cabeza. El último mensaje que me dejó… esa nota. "No puedo quedarme… aunque todo en mí quiera hacerlo." ¿Qué significa eso? ¿Acaso no lo entendí? ¿Acaso no lo vi?
Me paso una mano por el cabello, frustrado. No puedo permitir que todo termine así. Sé que la perdí, y a pesar de mi orgullo, de mi maldita necesidad de controlarlo todo, no me puedo conformar con este vacío. Ella merece algo más que mis promesas rotas. Algo más que un amor condicionado por mi miedo a perder el control.
Mis ojos se det