Mundo ficciónIniciar sesiónAntonella Fernández, 21 años, soltera, estudiante universitaria y mesera /Luigi Esposito 26 años, soltero Italiano, el menor de tres hermanos, empresario, dedicado a la exportación de vino más famosos de Italia. Luigi Esposito el hermano menor de la familia, asume por completo la responsabilidad de negocio luego de que sus hermanos mayores se casan. Ahora viaja a argentina para inaugurar una sucursal en ese lugar después de un año entregado al trabajo, sale a conocer la ciudad y encuentra el restaurante donde trabaja Antonella, una chica seria e inaccesible que se convertirá en un reto. Ella trata de esquivarlo, ya que piensa que él la quiere para pasar el rato. Pero el italiano no se detiene y en su afán de conquistarla termina convirtiéndose en su acosador personal, acude con frecuencia al restaurante y le lleva obsequios, los cuales ella desprecia. Pero pasado el tiempo ella consigue lograr todos sus objetivos profesionales y se arrepiente de haberlo rechazado, cuando adquiere el restaurante comienza a vender los vinos sin saber que un día se lo toparía de nuevo. Ella hará todo por seducirlo hasta que lo logra… Una serie de eventos desafortunados lo llevan a la cárcel dejándola a ella en argentina embarazada, creyendo que él la abandonó. Pero por las noticias descubre la verdad y hace de todo para defenderlo de un socio que los estafo y una ex que quiere hundirlo por despecho. Ganándose así el corazón y respeto de la familia y volviéndose uno de ellos.
Leer másHoy es uno de los días más hermosos de mi vida y es que por fin nacieron las gemelas de mi hermano Federico, tengo que admitir que ese embarazo llegó en el momento menos esperado y como no si mi cuñada decidió hacerse una inseminación artificial mientras mi hermano se dejaba vencer por el cáncer. Pero ese fue el impulso que él necesitaba para luchar y aquí estamos recibiendo a las pequeñas princesas de la familia Esposito. Geovanna y Gabriella, eran tan hermosas y pequeñas que daban tanta ternura…
Mientras disfrutaba ese momento en familia pensé que era una lástima que tuviera que irme a Argentina, pero no podía alejar a mi hermano de su familia menos ahora. Ellos habían pasado, por tanto, que merecían estar así felices y juntos, aunque eso significaba que yo me tenía que alejar. Salimos de la clínica y fuimos a casa de mis padres, allí me despedí de todos, tomé los papeles que necesitaba y fui a mii departamento para empacar mis cosas, me di una ducha, me coloque ropa cómoda para el viaje y comencé a empacar, no pensaba llevarme tantas cosas porque allá compraría ropa adecuada para el clima.
Una hora después me encontraba listo para ir al aeropuerto, el chofer me llevó y tomé nuestro avión privado, allí decidí descansar hasta llegar, así que me acosté.
Cuando llegue a Argentina el calor me envolvió aquí era verano, sobra decir que la temperatura era casi insoportable, tome un taxi hasta el departamento que había adquirido hace un tiempo en este lugar, el cual solo usaba para visitas de negocios. Me di una ducha, me coloqué mi traje y pedí un taxi para ir a la oficina, necesitaba ponerme al corriente lo más pronto posible porque la inauguración tenía fecha programada, una que claramente no se podía retrasar. Pase el resto del día trabajando y pidiéndole a mi asistente que se encargara de conseguirme un vehículo, una empleada doméstica, etc.
Revise a todos los posibles socios y comencé a programar reuniones con ellos para asegurarme de que en el futuro nuestros productos se distribuyeran por todo el país.
Así se fue mi día, volví a casa muy tarde, pero fue un alivio encontrar todo en su lugar, se notaba que la persona del servicio era eficiente, con eso en mente me desvestí y caí rendido.
Los días fueron pasando así como los meses, mi vida estaba sumida en una estricta rutina, la cual se basaba practicante en trabajar doce horas y comer en la oficina, había perdido la cuenta de las noches que me había quedado dormido en mi escritorio. Gracias a Dios contaba con una asistente eficiente que me despertaba con un buen café y desayuno recién hecho, siempre tenía un traje listo. Así podía comenzar el día de buen ánimo sin ir a casa y perder tiempo. La construcción iba en marcha, todo parecía estar saliendo a la perfección y eso era loo importante, más no negaré que me sentía solo, pero no tenía ni tiempo para enfocarme en eso.
Un año después…
Hoy era el cumpleaños número uno de las gemelas y no podía asistir, ya que pronto sería la inauguración de nuestra sede y hay mucho que hacer eso me llenó de tristeza, ellas son las únicas sobrinas que no he podido disfrutar. Hace algunos días le pedí a mi madre que fuera a la juguetería y les comparara dos coches de batería de la Barbie, quería que recibieran un presente de mi parte, así recordarán que su tío estuvo distante pero presente.
Soy Luigi Esposito tengo 26 años, Italiano, el menor de tres hermanos soltero, empresario, estamos dedicados a la exportación de vino, somos una familia muy unida.
Mi madre Giovanna Chianti, mi padre Giovanni Esposito mis hermanos Matteo y Federico ya están casados con unas mujeres maravillosas, aunque sus relaciones no empezaron del modo tradicional, son felices, tengo 5 sobrinos hermosos, los 2 hijos de Matteo Elisabeth de 9 años, Lisandro de 5 años, los hijos de Federico el pequeño Darío de 3 y las gemelas de 1 año.
Yo soy el encargado de conseguir los negocios y posibles socios, aunque estos últimos años estoy haciendo de todo porque mis hermanos han tenido unos años muy movidos desde que la pequeña Eli llegó a nuestras vidas, todo dio un cambio grande, ahora ellos tienen familia, yo soy el hermano con más tiempo disponible. Lo peor de todo es que tengo que buscar pareja porque mis padres no paran de presionar con el tema como se supone que consiga esposa si estoy todo el tiempo metido en el negocio. Sin contar que tengo que conseguir una mujer que sea tan genial como lo son mis cuñadas, mis no tuvieron que buscar esposa a ellos, literalmente los casaron a menos que a mí me suceda una situación similar, dudo mucho que me case.
Aunque tengo que confesar que yo si quiero iniciar una relación normal, nada de matrimonios locos o hijos escondidos, ami me gustaría escoger a la mujer con la que deseo pasar el resto de mi vida tener un noviazgo largo pedir su mano y luego casarme disfrutar unos dos años de nosotros y luego tener hijos. Pero aún estoy joven, no dejaré mi soltería por cualquier mujer, creo que cuando termine este proyecto me tomaré un tiempo para mí. Quizás podría intentar tener alguna novia para ver como se me da eso mientras encuentro a la indicada, no sé cómo sucede, pero mis padres suelen decir que cuando vez a la persona indicada ya lo sabes. Para mí eso es algo absurdo y quiero demostrar que se equivocan con su teoría loca, aun cuando mis hermanos dicen que así les sucedió con sus esposas. Matteo vio a Kate y no la dejo escapar y Federico tampoco lo hizo con Emily, aun cuando ambos tuvieron oportunidad de seguir solos.
Estoy en las últimas semanas de mi embarazo. Según Kate, el bebé puede nacer en cualquier momento. Hoy vamos camino a un local donde abriremos un comedor popular, y aunque al principio quise evitar involucrarme demasiado, no pude resistirme a unirme a las enormes obras sociales que hace toda la familia. Ahora seré parte de ellas, aportando con mi talento como chef.Al llegar al lugar, nos ponemos manos a la obra junto a varios voluntarios. El objetivo es simple, pero inmenso: ofrecer alimento diario a niños y ancianos, los más vulnerables. Las embarazadas serán atendidas en la fundación de Kate y Emily. Mi suegra y yo estaremos al frente de este proyecto hasta que funcione al cien por ciento; luego nos turnaremos para mantenerlo vivo.Debo confesar que he crecido mucho al lado de esta familia. Son personas excepcionales, entregadas a cada detalle, a cada empleado, a cada historia. Su ejemplo me transformó. Y sin dudarlo, me uní a ellos. Mis negocios en Argentina van muy bien, y pronto
Han pasado ya dos meses desde nuestra boda, y la vida junto a Luigi se ha vuelto un sueño cotidiano del que no quiero despertar. Cada mañana me despierto con sus besos, con su voz grave, deseándome buenos días y con sus manos acariciando mi vientre, como si ya hablara con nuestro bebé.Hoy cumplo ocho meses de embarazo, y siento que el corazón se me acelera más que nunca.Vamos rumbo al control prenatal, acompañados por la madre de Kate, que insiste en no perderse ni una sola cita. Dice que este nieto del alma es tan suyo como nuestro.Luigi maneja con una mezcla de nervios y alegría. No deja de sonreír, aunque sus dedos tamborilean sobre el volante cada pocos segundos.—¿Y si hoy por fin se deja ver, principessa? —me pregunta mirándome de reojo.—Eso espero —respondo, riendo—. Ya van ocho meses y este travieso se sigue escondiendo cada vez que lo intentamos.—Es igual que tú —bromea—. Misterioso, reservado… pero imposible no amar.La clínica está tranquila, bañada por la luz de la ma
Llegó el gran día. Hoy, por fin, mi hermosa argentina se convierte en mi esposa.Han pasado dos días desde la última vez que la vi; las mujeres de la familia la secuestraron para sus rituales prebodas y la tienen hospedada en casa de mi madre. No he dejado de pensar en ella ni un solo segundo. La casa se siente vacía, sin su risa, sin su voz, sin ese aroma dulce que deja cada vez que pasa.Estoy en casa, vistiéndome junto a mi padre, mis hermanos y mis sobrinos. Todos bromean para intentar calmar mis nervios, pero por dentro siento un nudo que no se deshace. Hoy todo cambia. Hoy dejo de ser un hombre que soñaba con ella para convertirme en su esposo.—Relájate, Luigi —dice mi padre, ajustándome la corbata—. Todo saldrá bien.—Lo sé, papá, pero siento que esta corbata me sofoca —respondo con una sonrisa nerviosa.Mi hermano me da un golpe suave en el hombro y me pasa una copa de champán.—Por fin te cazaron.—Y con gusto —respondo mirando mi reflejo en el espejo—. Nunca fui más feliz d
Ya habían pasado cinco días desde que Luigi salió de prisión. En ese tiempo apenas hemos salido de casa, porque estamos aprendiendo a conocernos y a vivir juntos, lo cual, aunque no parezca, es un desafío. Cada uno tiene su manera de actuar, de cocinar, de dormir, y son pequeñas cosas en las que toca ponerse de acuerdo.Aunque Luigi ha sido totalmente complaciente conmigo, no es así como quiero que inicie nuestra relación. Le he comentado que deseo que nos conozcamos bien desde ahora, porque es muy malo ceder en cosas que luego nos traerán problemas. Así que estamos en pleno proceso de adaptación, aprendiendo uno del otro.Sin embargo, esta mañana, al despertar, recordé un tema que habíamos dejado en el olvido: la rueda de prensa donde ubicaría a Mari. Estoy cansada de que las personas piensen que soy una oportunista, porque quienes conocen a Luigi aseguran que él no es así y que seguramente la otra mujer se le metió por los ojos. Pero esta vez daremos la versión oficial.—Buenas tard
Vamos en el auto, y Luigi me coloca una venda sobre los ojos. No puedo evitar reír nerviosa mientras él me toma de la mano. Siento cómo se estaciona con suavidad, el motor se apaga, y el silencio se llena de expectativa. Luego abre la puerta, me ayuda a bajar y guía mis pasos con cuidado.—Despacio, amor, hay un pequeño escalón —me advierte con voz tierna.—¿A dónde me llevas, Luigi? Me estás matando de curiosidad.—Solo confía en mí —responde riendo—. Falta poco.Camino sosteniéndome de su brazo, escuchando el sonido de sus pasos sobre el suelo de piedra. El aire huele a flores frescas y algo más… a hogar. Él se detiene, me coloca detrás de lo que parece una gran puerta, y siento que su respiración se acerca.—¿Lista? —pregunta con un susurro.—Lista —respondo, conteniendo la emoción.Me retira la venda con suavidad. Parpadeo varias veces hasta que mis ojos logran adaptarse a la luz, y entonces lo veo: una casa preciosa frente a mí, con paredes claras y ventanas amplias, rodeada de j
Hoy es el juicio.Me levanto temprano, aunque siento que apenas dormí. Mi corazón late con tanta fuerza que parece querer salirse de mi pecho. Hago mi rutina de aseo personal intentando distraerme, pero cada pensamiento vuelve a lo mismo: hoy se decide todo.Frente al espejo, respiro hondo antes de ponerme el vestido negro que elegí la noche anterior. Es sencillo, elegante, y hace que me vea profesional, aunque ya se nota mi pequeña pancita de cinco meses. Paso la mano por mi abdomen y sonrío apenas. “Hoy todo va a salir bien”, me repito, aunque en el fondo no estoy tan segura.Bajo a desayunar con el resto de las chicas. Nadie habla mucho, el ambiente está tenso. Solo se escuchan los cubiertos y el tic-tac del reloj.—Buenos días, Anto —dice Kate con una sonrisa forzada—. ¿Lista para hoy?—Sí, muy nerviosa, pero lista —respondo intentando sonar tranquila.Emily entra con paso apurado. —Chicas, apúrense, nos vamos en diez minutos.El camino hacia la corte se siente eterno. Cada semáfo
Último capítulo