Cuando terminamos, ambos subimos, en el camino el me miraba con una mezcla extraña. Tomo mi mano antes de que pudiera entrar en mi habitación, se detuvo un momento, cerro sus ojos y luego los abrió de golpe, sus manos tomaron mi cintura y me acerco a él, luego estrello su boca en la mía, un gemido involuntario salió de mis labios y fue como una campana de activación. Román gruño y me alzo en sus brazos, no sé cómo abrió la puerta y luego la cerro de una patada tras él mientras me besaba. Jamás dejo de hacerlo. Me bajo y separo su boca de la mía.
-No hare nada que no quieras.
Hasta para esto era considerado pensé.
Me mordí el labio – Te quiero dentro de mi — le dije y eso fue todo.
Me lanzo a la cama y se puso sobre mi — Tu lo pediste, espero que no te arrepientas— me dijo con una mirada caliente y una sonrisa seductora. Temblé, la añoranza me invadió. Me beso como si no hubiera un mañana. Pronto se posó en mi cuello, pasando su lengua caliente, bajo hasta mi blusa y de un tirón la a