El tiempo se ralentizó mientras me agazapaba detrás de un contenedor oxidado. El aire olía a metal caliente y pólvora. A mi derecha, Marcus se mantenía en posición, con la respiración controlada y la mirada fija en el perímetro. Conté mentalmente: seis hombres armados bloqueaban nuestra ruta de escape. Seis contra dos. Las matemáticas no estaban a nuestro favor.
—Tres a la izquierda, cerca del hangar. Dos en el pasillo central. Uno moviéndose hacia el flanco este —susurré, sorprendiéndome a mí misma por la precisión de mi análisis.
Marcus me miró con una mezcla de sorpresa y aprobación.
—Impresionante, Vidal. ¿Dónde aprendiste a evaluar un perímetro así?
—Zonas de guerra. Irak, 2018. Siria, 2019 —respondí secamente—. No todos los periodistas nos quedamos en la zona segura.
Un disparo impactó contra el metal sobre nuestras cabezas, enviando una lluvia de chispas. Me encogí instintivamente.
—Necesitamos crear una distracción —dijo Marcus, verificando su arma—. Si logramos dividirlos...