Elena bajó las escaleras del hotel con paso firme y decidido. Enrico la seguía, insistiendo en hablar con ella, sin importarle la atención que atraían de los huéspedes.
Una vez en recepción, la discusión se intensificó.
—¡Elena, no me dejes! —suplicó Enrico.
—¿Y qué esperabas? ¿Después de lo que hiciste? —le respondió ella con furia contenida.
—¡Te juro que fue un error! Yo no sabía lo que hacía…
—¡Eso no es excusa! ¡No se trata solo de lo que hiciste, sino con quién lo hiciste!
Las palabras de Elena generaron un murmullo generalizado entre los huéspedes. El ambiente estaba cargado. Garden decidió intervenir personalmente, antes de que la situación se descontrole más.
—¿Se puede saber qué está pasando aquí? —preguntó con firmeza.
—Mi problema es con él —dijo Elena señalando a Enrico—. Traicionó mi confianza de la peor manera.
—Por favor, bajen el tono —pidió Garden con voz controlada—. Están perturbando la tranquilidad del lugar.
En ese momento, desde lo alto de las escaleras, la voz de Joshua —el padre de Sebastián— resonó por todo el vestíbulo. Bajaba apresurado, con su hijo al lado. Apenas vio a Enrico, se lanzó sobre él, furioso.
—¡¿Cómo te atreviste?! —gritó, y le propinó un golpe.
Rem, el socio de Garden, intervino rápidamente para detener la pelea. Pero la tensión ya se había desbordado. Joshua no podía entender lo que había sucedido con su hijo, y las emociones estaban al límite.
—¡Esto tiene que terminar aquí! —exclamó Garden.
Rem, intentando mantener la calma, propuso llevar a todos los involucrados al despacho para aclarar la situación lejos de las miradas del público.
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Rem Company había ingresado al hotel esperando hablar de negocios con Garden. Sin embargo, al llegar, se encontró en medio de un escándalo que involucraba a varios huéspedes, incluyendo a su propio socio.
—¿Qué está pasando, Garden? —preguntó.
Garden intentó explicarse, pero la situación era tan tensa que apenas podía encontrar las palabras. Fue entonces cuando apareció Joshua arrastrando a Sebastián, exigiendo justicia.
Antes de que nadie pudiera reaccionar, Joshua se abalanzó sobre Enrico y volvió a golpearlo.
—¡Tú arruinaste a mi hijo! —gritó con el rostro enrojecido de rabia.
Rem y otros presentes intentaron separarlos. En medio del caos, Sebastián finalmente alzó la voz:
—¡Papá, por favor! ¡Yo también fui parte de lo que pasó!
El silencio fue inmediato. Joshua quedó paralizado.
—¿Qué estás diciendo?
—Que yo también tomé decisiones… No fue forzado. Solo… me dejé llevar.
La confesión dejó a todos atónitos. Algunos huéspedes comentaban por lo bajo; otros observaban con lástima o con confusión. Aunque la situación no dejaba de ser delicada, la intervención de Sebastián trajo una nueva perspectiva.
Garden, visiblemente tenso, comprendió que la reputación del hotel estaba en juego. Rem, por su parte, pidió que trasladaran la conversación al despacho, para evitar que la situación siguiera escalando en público.
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En el segundo piso del hotel, Elena caminaba rápidamente con sus cosas en la mano. En el pasillo se cruzó con Nick, que justo salía de su departamento. El choque accidental hizo que el bolso de Elena cayera al suelo.
—Disculpe, fue sin querer —dijo Nick, agachándose para recogerlo.
—No te preocupes, cariño —respondió ella con una sonrisa.
—¿Vive aquí? —preguntó él, curioso.
—No, solo estaba de paso… ¿Y tú?
—Acabo de mudarme. Estoy empezando una nueva etapa.
Elena lo observó con cierta simpatía. Se acercó un poco más de lo necesario, y por un instante, parecía que iba a besarlo. Pero se detuvo y desvió la mirada con una risa ligera.
—Tranquilo, fue un gesto amistoso —dijo ella, notando el sonrojo del chico.
Nick bajó la mirada, apenado. Aún estaba algo afectado por lo que había vivido con Garden, aunque intentaba no pensar demasiado en eso. Elena, por su parte, pareció comprender que el joven se encontraba en una situación emocional delicada.
—No te preocupes, chico —dijo finalmente—. A veces, la vida te da golpes que ni te esperás. Pero también te da nuevas oportunidades. Suerte en este lugar.
—Gracias… igualmente.
Elena se alejó con paso firme, dejando a Nick pensativo frente a la puerta de su nuevo hogar.