CAPÍTULO 95: SOMBRAS EN LA CARRETERA
CAPÍTULO 95: SOMBRAS EN LA CARRETERA
Elena
Han pasado tres días desde aquel encuentro con Jacob frente a mi casa, tres días en los que intento convencerme de que lo que vi, lo que sentí, no fue real. Que ese hombre frío que me habló como a una desconocida no es el mismo que me abrazaba por las noches ni el que prometió cuidar de mí y de nuestros hijos.
Pero su voz repitiéndome “no me interesa lo que hagas con tu vida” se ha quedado atrapado en mi pecho, como una astilla que no puedo arrancar.
Respiro hondo mientras preparo el desayuno. La casa está extrañamente quieta. Mis hijos se han ido al colegio con mi tía y mi tío fue al hospital para hacerse unos chequeos. Me quedo sola, con la vajilla aún humeante, el reloj marcando las nueve y un nudo en el estómago que no se disuelve ni con té.
El embarazo me tiene sensible, lo sé, pero no es solo eso. Es esta incertidumbre que no me deja respirar. Esta sensación de que todo puede derrumbarse otra vez sin