CAPÍTULO 103: EL PRECIO DEL SILENCIO
Sonya
Los informes llegan puntuales, como cada mañana.
Sobre el escritorio tengo una carpeta con fotografías recientes de Elena Baker: entrando a su edificio, saliendo con sus hijos, hablando con ese policía que ahora parece su sombra. Mis investigadores son discretos y eficientes; no necesito ensuciarme las manos para saber cada paso que da.
Paso una hoja tras otra con calma, disfrutando cada detalle y sonrío, satisfecha.
Todo va exactamente como debe ir, aunque Jacob se ha hundido en la bebida, encerrado en la mansión, pero no importa. Lo dejaré regodearse en su miseria y después me encargaré de sacarlo de ahí. Pero ella… ella finalmente aprendió lo que significa perderlo todo.
Por fin.
El veneno más poderoso no es el que mata, sino el que disuelve despacio la esperanza.
Cruzo las piernas, tomo una copa de vino y dejo que la voz de mis pensamientos se mezcle con el aire.
—Te advertí, querida pastelera, que nadie se mete con un Hastings y sale ile