CAPÍTULO 102: LLAMADA DESDE EL FONDO
Jacob
Han pasado dos semanas y sigo metido en la mansión como un fantasma. La barba me pica y me cubre media cara, huelo a whisky y a sofá viejo. Las cortinas cerradas, las botellas vacías alineadas como soldados muertos en la mesa baja. No quiero ver a nadie. No quiero hablar con nadie. Si no fuera por el personal mínimo que se atreve a entrar, no comería.
Golpean la puerta del estudio, no respondo, pero entra de todos modos.
—Jacob —la voz de Juliette me irrita—. No puedes seguir así, eres un Hastings, compórtate como tal.
Alzo la vista. Viene impecable, maquillaje perfecto, vestido de maternidad ceñido. La barriga ya se le marca bastante, me mira con asco y preocupación fingida.
—Lárgate —digo.
—No hasta que hablemos —insiste, cruzándose de brazos—. La junta pregunta por ti, los medios preguntan por ti, los gerentes preguntan por ti. Y yo no puedo cubrirte siempre. ¿Te vas a quedar aquí hecho un trapo mientras todo se cae alrededor?
—Firma los p