Si hubiera sabido que esto se trataba más de una guerra que un banquete, me hubiera quedado con Marilyn y mis hermanos viendo películas.
El abuelo Black se sorprendió. Incluso Donovan lo hizo. Pero yo me mantuve serena. No me importaría inclinarme. No tenía esa clase de orgullo. Y si con esto ayudaba a Donovan, entonces estaba dispuesta a enfrentarme a él cientos de veces
—La humana tiene agallas —sonrió de lado, con un aspecto tenebroso.
Quise huirle a su mirada, pero para cuando intenté moverme, percibí el momento exacto en el que sus ojos brillaron, haciendo uso de sus poderes en mí.
Esperé un par de segundos, temerosa de lo que pudiera hacerme. Sin embargo, los segundos comenzaron a correr y un silencio tenso inundó el lugar. Donovan no estaba moviéndose hacia mí, así que él no debía ser quien evitó que el abuelo Black me controlara.
Había experimentado como se sentían los poderos de los vampiros. Donovan había jugado con mi paciencia un par de veces al usarlos en mí. Pero para mi