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Sangre gris

Sangre grisES

Fantasía
Annie Löwe  Completo
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Resumen
Índice

Sinopsis

VampiroVenganzaAcciónSobrenaturalObsesiónOscuroprotagonista femenina fuerte

«La sangre es un plato que se sirve directo de su fuente». Red es una mestiza más que combate por la humanidad, por su regreso y por su dignidad. Rodeada de un mundo extraño y desalentador, hace lo posible por seguir de pie para enfrentar un destino desconocido. Acompañada por su padre y su fiel compañero, Tiger, tendrá que emprender un largo camino lleno de baches y caídas pesadumbrosas. En una de estas caídas se entera de algo que la deja sobrecogida y sin saber qué camino nuevo debe acoger. Con las sombras de los vampiros tras la suya y tras la de su familia, la cual es un enigma intrigante, deberá tomar una elección, una que no solo salvará su pequeño mundo, también salvará el de los demás. Cual sea su decisión, deberá atenerse a las consecuencias. ¿Se dejará sumir en la oscuridad de lo desconocido o buscará a tientas esa luz lejana que la arropará con la calidez de la esperanza? ADVERTENCIA. Este libro lo escribí hace unos años. Lamento los errores que pueda contener a nivel narrativo como ortográfico o gramático.

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Último capítulo

  • Agradecimientos

    Muchísimas gracias por tomarse el tiempo de leer esta novela. También le agradezco a amigos que perdí con el tiempo y que estuvieron conmigo mientras la escribía. Aunque ya no me brindan más su amistad por circunstancias de la vida que me duelen, les agradezco por haberme apoyado y por haber estado allí para leer mis desvariaciones sobre ideas futuras para con esta novela.Si me preguntan cuando la empecé a escribir, no sabría darles una fecha exacta. Lo siento, soy pésima con la noción del tiempo. Si no estoy mal, hace tres años la escribí, cuando era estudiante de bachiller y me decantada por qué estudiar luego. Ahora desempeño una labor que me encanta, la cual no reflejo en este escrito, ya que cuando me senté a escribirlo no desempeñaba lo que ahora amo con todo mi corazón. Recuerdo muy bien que llegué a desvelarme. Recuerdo bastante bi

  • Extra II

    UN MOMENTO DULCELe lanzo la pelota, me giro y me escondo detrás del árbol en el jardín de nuestra casa. Osen’ le frunce el ceño y le saca la lengua antes de correr hacia los brazos de mamá, que está sentada en el porche con mi padre, que nos observa ceñudo con los brazos cruzados sobre su pecho.Mi tío lo ignora, me sonríe y, en un parpadeo, me enjaula entre sus brazos.Por un momento me siento asustada porque mis pies ya no tocan el suelo, pero cuando sé que estoy segura y sé que no me soltará, me echo a reír y abrazo su cuello con mis brazos. Cuando hago esto, llena mi rostro de besos y muerde mis mejillas, que, según mamá, están muy regordetas. Le hago un puchero cuando se separa y jugueteo con mis trenzas.—¿Quién es la niña más preciosa de es

  • Extra I

    UNA DESPEDIDA NO TAN AMARGA—No es irrelevante —lo escucho con interés. Me vuelvo para observarle y prestarle toda mi atención—. ¿Te parece irrelevante? ¿Tú qué opinas, Red?Hundo el ceño y me cruzo de brazos.Intercalo la mirada en ambos y pienso mejor mi respuesta.—No me parece irrelevante que desees demostrarle al pueblo que sigues siendo tú, Atlas —contesto sonriente.Él enarca una ceja y Zelig se echa a reír.«La gente que tiene la capacidad de enarcar una sola ceja me sigue generando envidia».—¿Ves que no estoy equivocado? —Golpea su hombro.Atlas, colmado de irritación, lo abraza y lo tumba en el pasto verde refugiado por el follaje del gran samán. Aquí, en su sombra, no cae la nieve, lo que nos permite lanzarno

  • Epílogo

    —Ve, ¡búscala!Padre retiene a un vampiro que hace lo posible para llegar a mí. Trago, titubeante.—¡Hazlo!Entonces no dudo en acatar. Echo a correr en dirección a dicha casa campestre en donde se refugia el rey. Ese maldito que me retuvo durante una década para no verla ni a papá.Estuve casi dos semanas preparándome antes de salir del lugar en donde estaba aprisionado. Una clase de vereda, a unos cien kilómetros de Berlín. No obstante, antes de eso, me la pasaba todo el día mirando la ventana, la cual se hallaba con reja, pidiéndole al cielo que me devolviera con mi familia, al lado de mi mellizo con mi padre a unos centímetros, con ese hombre robusto que seria capaz de sacrificarse por nosotros.Me hallé sumido en la penumbra desde muy pequeño, acurrucado en un rincón abrazado a mis rodillas, siempre con el anhelo de salir d

  • Capítulo XCV

    «—Venga, no seáis tímidos. —Nos empuja para que podamos ver nuestros reflejos—. Sois los niños más bonitos que he podido ver.Papá se ríe con ella.Arrugo las cejas.—Somos tus hijos, es normal que nos veas bonitos —reprocho.Papá se ahoga por la risa, tanta, que mamá lo mira, ofuscada.—Rojita tiene razón —exclama Osen’, enfurruñado.—Pero, mis niños, tenéis que estar presentables para conocer a vuestros tíos. Hay que dar una buena bienvenido —nos dice, suave, algo extraña. —Así es —dicta mi padre que se pone a su lado, pero en él también noto algo raro. ¿Estarán asustados?, ¿de qué?».Hace unos años, tal vez tres, no sab

  • Capítulo XCIV

    «—Pase lo que pase, elijas lo que elijas, siempre me sentiré orgulloso de ti. —Me revuelve el cabello—. Siempre te apoyaré sin importar qué».Ruedo en el suelo, dolorida. Mis brazos flaquean al levantarme.Contemplo mi costado magullado; las costillas se resienten y la sangre filtrándose por las heridas calientes, mancha la tela oscura, volviéndola más neutra. Siempre me lástimo en esa maldita zona.Jadeo a la vez que me muerdo el interior de la mejilla al incorporarme y deshacerme de las manos con uñas largas que intentan derribarme de nuevo.«—Puedes contra un grupo de vampiros, no importa el número… pueden ser siete, princesa, pero sé que podrás si sabes repartir tu fuerza y entusiasmo en cada uno —musita, echándole yodo al raspón en mi codo que se suma a la colección—. No te dejes c

  • Capítulo XCIII

    PARTE XILa reina no es la más fuerteDe una patada frontal, derrumbo al primer soldado enemigo.Tiger me agarra del brazo para impulsarme de medio lado y así juntar las piernas para una de canguro. Jadeo al reincorporarme. Oteo el entorno lleno de humanos vestidos de cuero con gabardinas y vampiros vestidos similar al traje militar, pero también en color neutro, parecido al gris.Recién empezamos con la pelea y ya hay caídos de los nuestros. Son el doble, son unos malnacidos que se benefician por el número. Gruño.La contienda empezó hace diez minutos. Antes de eso, formamos un grupo para recibir, de boca del mayor, las estrategias propuestas para el momento indicado. En ese instante, empecé a mover mis dedos, inquieta, al igual que el intento de rubio junto al pelinegro, que empezaron a titubear, pero a su vez, la seguridad en sus

  • Capítulo XCII

    Después del dolor, viene el inherente odio.Hemos contemplados sus cuerpos resguardados tras el frío, congelándose, conservándose para el momento adecuado y así soltarlos de tan deplorable estado. Algunos cuervos han bailoteado sobre ellos, pero les he impedido el que se los coman con el viento de mi parte.Me sumergí en la depresión al alejarme de mi grupo para sentarme al lado de una roca que podría ser de mi altura si estuviese acostada. Me abracé a mis rodillas y puse mi mentón en lo alto de ellas. Procesé las dos pérdidas más que he presenciado, por las que me ha tocado pasar y que suelen carcomerme como ahora. Puedo cavilar que pude haberlos salvado, a todos, pero el destino ya les había deparado esos finales y yo, pues, no hubiese podido intervenir, aunque lo desease con toda la fuerza del mundo. Era darme a conocer para que intentarán tener

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101 chapters
Prólogo
Sangre gris/Annie Löwe
La humanidad se había ido al desagüe. Eso era lo que pensaban las personas que sufrieron el gran día. Aquel día en donde el ser humano dejó de ser el superior y empezó a convertirse poco a poco en el inferior, en el animal amaestrado. Pensaron que podrían ganar como en otras guerras; qué equivocados estaban.Esos seres que los volvieron en esclavos estaban más allá de la superioridad ficticia. Nos llevaron a probar qué era la inmundicia y el verdadero horror. No obstante, algunos de los nuestros resistieron y huyeron a las profundidades de los bosques más cercanos, en donde podrían vivir en pueblos unidos con la desazón de una gran pérdida, pero sin extraviar la temerosa esperanza. Y entonces, los mundos fantásticos que llegamos a leer una vez se volvieron realidad; la brujería, la hechicería y los seres fantásticos refugiados en nuestro
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Capítulo I
Sangre gris/Annie Löwe
PARTE IEn el umbral de la ignorancia  Observo las frondosas ramas moverse con el vaivén de la brisa; tan libres son las hojas que no tardo en sentir envidia. Algunas memorias regresan por tan solo mirar el gran árbol. Han pasado diez años desde que nos hemos refugiado en los bosques como animales y las ciudades allanadas por vampiros, viles sin corazón, que se han hecho suyas pertenencias de los nuestros. Este es el único lugar seguro. Cuando esos monstruos decidieron salir de las sombras saboreamos qué es la cobardía.Mis recuerdos de esos días son difusos, como si me los hubieran arrancado sin mi permiso. Y lo único que he podido hacer es preguntarle a mi padre sobre los momentos que perdí en la batalla. Después de todo, estaba muy pequeña cuando todo se desató.—Es hora de trabajar.S
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Capítulo II
Sangre gris/Annie Löwe
No conocemos nuestros verdaderos nombres, solo los apodos que nos designan al unirnos a la guardia. Apodos que salen a la luz por algún aspecto o habilidad que tengamos. Aunque bien podemos decir nuestros nombres, corremos con el riesgo de exclamarlo en plena batalla y, de ese modo, dejar al descubierto alguna identidad. Por eso se eligió tener un apelativo, por llana seguridad, dado que esos monstruos nunca olvidan. Al tener algo mínimo podrán cazarnos con suma facilidad, ya que todos los registros de nacimiento, médicos y demás están en sus manos.Puede ser improbable el hallar la persona indicada entre miles con el mismo nombre, pero no imposible el encontrar los rasgos del desalmado a través de otro, de algún compañero.Mi apodo es Red por mi cabello y el de mi compañero Tiger por sus ojos.Suspiro ante el frío que se cala por mis pantalones, pero ese gélido me hace se
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Capítulo III
Sangre gris/Annie Löwe
Gruño.Lo que menos me gusta es que finjan ser como ellos. Y ahora, que su cerebro se iluminó para molestarme, el mío lo hizo de igual modo para pegarle un manotazo a quemarropa en su abdomen. Chilla, lo hace tan fuerte que me deleito lo suficiente.—No volveré a molestarte en mi maldita vida —gime.Me arranco la máscara al tiempo que se retuerce.—No es para tanto, te pegué suave.Agita su cabeza en desacuerdo. No tardo en apoyar la espalda contra el tronco y pasear los ojos por su figura.—Me hubiese gustado que siguieras como mi compañero.Deja caer los hombros, sin mirarme tan siquiera.—Mi hermano es bueno, dale más oportunidades. —Alzo las cejas—. Vale, sé que le falta mucho para estar a tu altura, pero tiene ese don inigualable de percibir lo que tú o yo no podemos. Ya sabes a qué me refiero.Leer más
Capítulo IV
Sangre gris/Annie Löwe
El filo de la espada está excelente. Reviso si en mi cinturón tengo suficientes cuchillas y frascos de hierbas. Examino mi vestuario; gabardina de hombre, botas de paso ligero, guantes con los dedos al aire, blusa manga larga negra, cabello trenzado en corona, pantalones ligeros y máscara de porcelana.—Ya estoy preparada.Me giro para revisar su compostura.—Yo igual.Se prepara para salir. Sin embargo, lo detengo en el umbral.—Suerte. —Asiente sin decir más. Es una noche fría, parece como si fuese invierno en esta zona. Pensé que habría alguien más, qué equivocada estaba. Igual ya estoy acostumbrada a pasar la madrugada sola. Me detengo para acariciar la corteza de un pino caído; allá en el horizonte se atisban las luces de la ciudad; estoy a veinte kilómetros de ella, justo al frente de una carretera desalmada, ya des
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Capítulo V
Sangre gris/Annie Löwe
—¡Estás suspendida por una semana por esa estupidez!Cabizbaja, recibo ese grito con toda la vergüenza del mundo.—Te vas a casa y con pena, le dirás a tu padre tu suspensión, ¡para que así te entrene hasta que tus huesos se pulvericen! —continúa.—Sí, señor —musito.—Y cuando vuelvas, espero que tengas la misma cordura que ayer. ¿Entendido? —Asiento—. ¡¿Entendido?!—¡Sí, señor!—Bien, largo de mi vista.El estrépito de su asiento siendo arrastrado no es lo suficiente como para que levante la mirada de nuevo.Me dirijo con pasos pesados a la sala donde se hallan los demás, a la espera de encontrarme. Ingreso en ella, y el silencio retoma fuerzas. Agarro mi mochila del colchón, al igual que la espada en su estuche, apretada en tela negra. Bird m
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Capítulo VI
Sangre gris/Annie Löwe
Golpeo el tronco con los puños; siento la piel de los nudillos desprenderse, al igual que la sangre gotear hasta el césped. Este dolor físico calmará el hambriento dolor emocional. Me siento embaucada, traicionada y en tan pocos días. No tenía dudas de los otros secretos que papá me ocultaba, mas no esperaba que uno de ellos fuese tan grande; una información que debí obtener en el momento que me fui de casa, por el simple hecho de sentirme un poco más segura o al tanto de lo que puede sucederme. ¿Y ahora cómo me sentiré cuando retome mi posición? Estresada, nerviosa, eso es muy seguro. No solo eso, estaré aturdida, desconfiando hasta de las palomas. Reviso mis manos, están hechas un asco. Necesitaré un buen analgésico, desinfectante, pomada y vendas. Suelto una carcajada. Ni siquiera tenemos la regeneración de esos apestosos. ¿Apestosos? ¿Cómo puedo pensar eso tan a la ligera? Mi madre pertenece o perteneció a ese linaje, y si desprecio a su raza, la desprec
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Capítulo VII
Sangre gris/Annie Löwe
Permanece callado mientras argumento sobre todo lo que hallo en mi mente y le sea de utilidad. Le advierto casi todo lo que pasé en entrenamientos; los horarios: te despertabas a las tres de la mañana, si no dormías lo suficiente, valías, hasta adaptarte. El entrenamiento: diez horas de él, en donde te ganabas moretones a cada minuto. Ah, y la comida, no tan sabrosa, pues altas cantidades de avena es… aberrante.—¿No se emplean armas de fuego?Sacudo la cabeza.—No, sería mucho ruido. Solemos utilizar silenciosas. Como mi espada, por ejemplo.Sonríe, tímido.—Es una katana —aclara.—Espada es su nombre —mascullo—, en fin, también cuchillas, navajas, arcos, entre otros. Estamos chapados a la antigua.—Ya veo.—Para ser del sureste, estás muy sumido en la ignorancia —añado con burl
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Capítulo VIII
Sangre gris/Annie Löwe
La niña me acaricia el cabello, consolándome.Estoy sentada con las rodillas a la altura de mi pecho y el rostro en el vértice de estas, echa un desastre. La blancura del entorno no me da pánico, si no tranquilidad extenuante.Se inclina para buscar mi rostro. Sus ojos, tan iguales a los míos, me sonríen.—Conecto momentos para hallar respuestas —moqueo—. Y esos recuerdos difuminados poco a poco toman fuerza. ¿Acaso me han sido arrebatados?—Sí, para hacerte sentir a salvo.Sonrío, el sabor de mis lágrimas me pone peor.—Ya me lo imaginaba.Se acurruca en mi campo de visión.—Pero volverán con lentitud —aclara, suave.—Y me convertiré en algo que no me gustará —concuerdo.Encoge un hombro.—Tal vez.—¿Por qué tengo que pasar
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Capítulo IX
Sangre gris/Annie Löwe
La cena se mantiene en silencio. Nadie me cotillea algo y a través de sus facciones sé el por qué, y no solo eso, también el espacio desocupado frente mío.Con la mirada puesta en mi plato y los hombros temblorosos, contemplo toda idea que me surge.Bird ha de estar muerta, secuestrada o…—Siendo ganado.Los demás alzan sus cabezas con la comprensión en sus pupilas.El que está a mi lado me palmea la espalda.—Ella es fuerte —comenta, despacio, su compañero, Bear—. Estoy seguro que se ha resistido. En alguna parte del bosque estará y pronto los que hacen guardia hoy, la encontrarán.La sopa sale de mi cuenca al apartarme de un tirón. El silencio vuelve.—Iré de voluntaria. No me quedaré quieta.Sus dedos se envuelven en mi muñeca. Aprieta con fuerza, tanto, que me trago el
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