Cuando despertó, aún estaba en su regazo. Notó que él no la había soltado en ningún momento. Fue el sonido del timbre y el ligero movimiento de Noah lo que la sacó del sueño.
—¿Estas mejor? — preguntó él, observándola con atención, como si buscara cualquier rastro de la tormenta anterior.
—Sí… —respondió, incorporándose un poco y estirándose. —Al final resultaste útil… aunque sea como almohada.
Noah exhaló un suspiro leve, el alivio apenas disimulado en su sonrisa.
—Vaya… y yo que creía que lo de anoche me había dado más puntos. — La atrajo de nuevo hacia él, como probando si podía volver a cruzar esa línea— Creo que tendré que esforzarme mas para cubrir tus exigencias.
Ella le dio un codazo suave, sintiendo un calor fugaz subirle a las mejillas con el recuerdo de la noche anterior.
—Idiota, solo era un cumplido.
Él arqueó ambas cejas, divertido, pensando desde cuando cumplido era sinónimo de insulto.
—Pues, gracias entonces. Tú tampoco eres tan incómoda… para ser tú.
Valeria bufó, ro