CAPÍTULO 66: NIEVE SOBRE CENIZAS
Nikolai
Tres meses después…
Los inviernos rusos tienen la molesta costumbre de calarse hasta los huesos. No importa cuánto cuero uses, cuántas capas de lana te pongas o cuán acostumbrado creas estar. Siempre te muerden, te recuerdan dónde estás. Sin embargo, esta noche, el frío es lo único que me mantiene en pie.
Eden camina a mi lado, envuelta en un abrigo tan grande que apenas se distingue su forma, salvo por la evidente curva en su vientre de un embarazo de siete meses.
Ella ya tiene siete maldit0s meses de embarazo. Y sí, seguimos actuando. Ella como mi prometida, yo como su protector. A ojos del mundo somos una pareja perfecta, una historia de redención política con un toque de romance para los titulares.
Pero cada vez que ella me sonríe en público, algo dentro de mí se rompe. Porque no sé si está sonriendo por el papel que juega o porque empieza, muy lentamente, a verme.
Hoy hemos asistido a una de esas cenas insoportables con empresarios aliados