CAPÍTULO 31: TODO ESTÁ EN TU IMAGINACIÓN
Eden
—Dios, Eden, pensé que habías muerto —solloza mi mejor amiga, apretándome la mano con fuerza.
La miro con el ceño fruncido. Me toma un segundo procesar sus palabras, pero antes de que pueda abrir la boca, Johanna sigue hablando.
—Tuviste un accidente horrible. Perdiste el control del auto y caíste por un barranco, es un milagro que sigas viva.
—¿Qué? —sueno como si me hubieran golpeado en el pecho.
—Fue un accidente, Eden —insiste—. No te preocupes, la policía lo confirmó.
«¿Accidente? No, ¿de qué está hablando ella?».
Me incorporo bruscamente, ignorando el dolor punzante en mi cuerpo. No tuve un accidente. Me secuestraron, me ataron y me vendaron los ojos. Escuché claramente un disparo.
—¿De qué demonios estás hablando, Johanna?
Antes de que ella pueda responderme, dos oficiales entran a la habitación con expresión profesional.
—Señorita Blackwood, nos alegra verla despierta —dice uno de ellos—. Solo queremos hacerle algunas preguntas sob