“Red Dress”
CIRO
Envié al chófer de la mañana que fuera por ella.
La indicación ha sido clara y la propina generosa, como a cada uber que pretenda trasladarla. La trae al muelle, no la mira ni le habla.
Termino de disponer el yate; lo tengo encendido y listo para navegar a Atenas.
Me prometí la cena de mi vida y me voy a dar el gusto... Cenándome un dragón.
Las luces del vehículo cambian de posición, prendiendo y apagando cuando el vehículo aparca cerca del andén y la puerta trasera se abre.
El hombre evade la mirada de la mujer vestida de rojo e ignora por completo lo que ella le dice.
Sigue las normas a la perfección y eso me gusta.
Recargo el antebrazo en la proa del barco y me la quedo viendo.
Si otro fuera el tipo en mi lugar de seguro habría salido corriendo a cortejarla y tratarla con caballerosidad pero como no soy caballero sólo el cerdo cretino que le tocó, me la devoro con la mirada en lo que avanza.
Recta, taconeando, serena y lenta porque trae unos zapatos altos que si no