Capítulo Final — Seis años después.
Han pasado seis años desde aquella noche en la que mi vida estuvo en peligro, desde el instante en que todo pareció derrumbarse y, al mismo tiempo, renacer con más fuerza. Seis años que hoy siento como un suspiro, y al recordarlos me descubro sonriendo.
Mi vida ahora es distinta, plena… y aunque el pasado a veces regresa como un eco lejano, aprendí a mirarlo sin rencor.
Mis padres fueron los primeros en cambiar. Poco a poco comenzaron a pasar más tiempo conmigo, con mis hijos, con Adrián. La distancia que antes nos hería fue sanándose con cada visita, con cada charla compartida hasta altas horas de la noche. Con los años, decidieron mudarse definitivamente a la manada Luna Creciente, y no hubo regalo más grande que ese: tenerlos cerca, sentir que su hogar también era el mío.
Bastián, mi hermano, fue otro que nunca se apartó de mi lado. Su vida con Lety floreció; tuvieron un hijo más y, aunque viajaban seguido por los negocios y compromisos, de luna azul jamás dejaban de regresar. Sie