Amelie Manson
Me miraba al espejo y no podía creer lo que veía, aunque era mi tercer vestido de matrimonio, por primera vez me sentía tan afortunada de casarme, es que ni siquiera cuando lo hice con Armando, que la experiencia era nueva, mi corazón latía con tanta violencia como lo hacía en ese momento. Tal vez nunca llegue a amar a Armando como lo pensé. O no por lo menos con la intensidad con la que amo a Damián.
—Amelie, ¿ya estás lista? —Hanna entró a la habitación, sacándome de mis pensamientos.
—No, nena, me falta un poco, es que ya sabes cómo funcionan las bodas, todo debe quedar perfecto.
—Pues mamá ha dicho entonces que esperes la limusina de novia, al final nosotros no podemos ir allí contigo, entonces no te tardes tanto, trata de llegar al tiempo con nosotros. —Mi hermana resopló y yo me levanté de mi asiento yendo hacia ella.
—No me tardaré, te lo juro, solamente acabaré de arreglar mi maquillaje, el bolso y ya está. ¿Cómo está Joseph?
—Está con mi madre, ya sabes cómo es