NARRADOR OMNISCIENTE
Era el quinto cigarrillo que Rosalía apagaba en el cenicero, desesperada. La rubia caminaba de un lado a otro tratando de encontrar calma para su ansiedad, pero le era imposible. Sus manos temblaban, la garganta le ardía y su mente no dejaba de dar vueltas en lo mismo: la soledad en la que había quedado.
Habían pasado unos cuantos días desde la boda fallida de Damián y Amelie, y ellos no habían dado señal alguna de apariciones en público. Ni siquiera fueron a Feldman Corporated; Samuel y Soraya se estaban encargando de todo mientras que ellos, en silencio, trataban de recuperarse del duro golpe que había significado el secuestro de Amelie.
El más grande anhelo de ambos era consumar ese matrimonio, sin importar los obstáculos. Y lo hicieron, lejos de todos, en una isla muy cerca de la ciudad. Allí, rodeados únicamente de las Manson y de su bebé, un padre ofició la ceremonia que tanto habían esperado.
La playa era sencilla pero hermosa. La brisa cálida acariciab