Damián
—¿Cómo dices? —pregunté furioso mientras Julieta salía espantada. No pude detenerla. ¡Malditas heridas! Me levanté como pude, y el dolor me atravesó como un rayo. Mi padre me vio como si fuese un gusano débil. Cuando uno es maltratado, ignorado, desechado durante toda su vida, empieza a conocer las expresiones de esas personas, especialmente las que pueden traer consecuencias negativas.
—Dije que una mate humana es inaceptable. Si quieres tener alguna posibilidad de ganar el desafío, debes olvidarte de esa locura, ¿me entiendes? Si tienes una mate humana, ¡debes rechazarla ya! —exclamó molesto.
—¿Por qué? No te preocupas por mí. ¿Es porque te quedaría mal como alfa? —pregunté envalentonado.
No era buena idea este enfrentamiento, pero créanme que Ronan tenía peores cosas por decir, entre ellas que mi padre ya tenía una pésima reputación.
—¡Cállate! ¡No sabes nada, mocoso!
—¿Mocoso? ¡Yo soy el que hace levantar el nombre de esta familia! ¡El que se esfuerza para que las demás man