Damian
Podía escuchar desde aquí el corazón de mi mate, emocionada por mis votos. Esas palabras las había escrito y pensado junto con Ronan. Habían salido desde el fondo de nuestro corazón. Iban destinadas a ella y a Lila, a nuestro viaje juntos, a tantas separaciones y ahora a un reencuentro final. Ella suspiraba conmovida y respondió con palabras hermosas.
—Mi alfa oscuro, mi amor, mi gran protector, mi ángel vigilante, mi señor plateado y hermoso. Juro amor para ti, para la ciudad. Por el vínculo eres mío, porque la Luna así lo quiso. Que los territorios que has ganado sean protegidos, bendecidos y fuertes. Soy tuya y de Ronan por elección propia, porque nunca ha habido nadie sino tú, quien arriesgó todo por mí, por tu gente. Eres mi salvador, mi futuro y mi paz. Me entrego a ti, Lila y yo, para siempre.
Pensé que no iba a poder aguantar tantas emociones. Mi mano temblaba cuando el rey nos dio un pequeño cuchillo y yo hice un corte en la palma de mi mano y luego uno suave en la de e