Eva
―Nos contenta mucho, beta. Desde que cayó ese rayo, sabíamos que vendrían noticias. El alfa y la Luna querían esperar, pero las cosas son como son cuando los lobos se marcan —indicó Celeste con una sonrisa.
Alaric le dio una mirada apreciativa. Ella no era loba, pero, por la diosa, que no tuvieran un batallón de gemelos molestos era gracias a que el linaje del rey tenía dificultad para concebir, aunque no por falta de intentos.
―Y Luna Carmen nos ha dado una visita y tiene noticias importantes ―continuó mi mate.
―Recuerden lo que dije ―señaló Nana con su bastón nuevo.
―En efecto, será una niña, y dice que muy poderosa. Una criatura de la Luna, una sin igual ―completó mi amor.
―¿Vieron? ¿A qué no lo sabía yo desde hace días? ¡Lo profetice! ―gruñía Nana. Parecía que hasta había apostado la doñita.
―Eso es asombroso, no suelen haber niñas primerizas entre lobos. Realmente debe ser muy poderosa ―comentó Índigo.
―Son hermosas noticias, beta. Pero, lamentablemente, cuando una manada tien