"Marcada por la traición, impulsada por la venganza." Durante tres años, Odette ha sido la luna de la manada Sombra, soñando con el día en que pueda darle un heredero al alfa Ragnar. Pero el destino le ha sido cruel: uno a uno, sus bebés no logran sobrevivir, y con cada pérdida, su esperanza se marchita. Y cuando Ragnar anuncia que pedirá la anulación de su unión, Odette queda devastada. Desesperada por recuperar al hombre que ama, descubre una verdad que la destroza aún más: Ragnar le ha sido infiel con su propia madrastra. —Estás seca, Odette. ¡No sirves como mujer! Relegada de su puesto y consumida por el dolor, decide que no será una víctima más. Y ahora, su venganza será tan feroz como el fuego que arde en su interior. Y para recuperar lo que le pertenece, hace un pacto con el temido Alfa Zayden, un lobo tan poderoso como maldito. Odette piensa que el trato será simple: una porción de su territorio a cambio de su ayuda. Lo que no imagina es que el alfa de ojos azules no quiere tierras, él quiere algo más valioso: un heredero. Y así es como se encontrará firmando: un contrato de apareamiento.
Leer másC123- RECONOCIMIENTO ABSOLUTO.Zayden, en su estudio, miraba un viejo mapa. Era pequeño, pero lo suficientemente bueno para señalar el camino hacia el norte, hacia el aquelarre de las brujas perdido en las montañas.Su única oportunidad.Pero no podía decirle a Odette. No todavía. Sabía que ella se negaría, que se pondría nerviosa. Pero él estaba dispuesto a arriesgarlo todo. No iba a quedarse de brazos cruzados esperando que el destino le arrebatara lo que más amaba.Escuchó la puerta abriéndose. Rápido, dobló el mapa y lo escondió dentro del libro más cercano.Odette entró, con una sonrisa en la cara, llevaba el cabello suelto y en los ojos una ternura natural que siempre lo desarmaba.—¿Qué haces? —preguntó con curiosidad, acercándose.Zayden sonrió como si nada pasara.—Revisaba unos documentos de los ingresos del castillo. Inventarios y reparaciones —dijo, encogiéndose de hombros—. Nada importante.Ella no sospechó y fue hacia él, sin dejar de mirarlo, y antes de que pudiera deci
C122- JUGADA DEL DESTINO.Habían pasado dos semanas.Dos semanas en las que la manada vivía en una calma tensa.Zayden y Odette, sin embargo, siguieron adelante.Entre miedos y sonrisas nerviosas, comenzaron a preparar el cuarto para el cachorro. Ella estaba a punto de entrar en su tercer mes de gestación, y a Zayden se le iluminaban los ojos cada vez que pensaba en eso. Muy pronto podría olerlo.Saber que su sangre, su linaje, su vida, tomaban forma dentro del vientre de la mujer que amaba. Era su luz, en medio de toda la oscuridad que lo rodeaba.Por otro lado, Kendra se había mantenido alejada, más de lo que Zayden hubiera esperado. Era raro y preocupante. No obstante, mantenía sus instintos en alerta, aunque no había pruebas, aún.La noticia de que Rodrick había abandonado el castillo lo tomó desprevenido. Fue Tavin, su asistente, quien se lo comentó.—No sé cuándo se fue, alfa. No lo vi salir.Eso fue lo que más incomodó a Zayden. Rodrick siempre hacía ruido, siempre se aseguraba
C121- PREMONICIÓN.Noah empujó la puerta y de inmediato sintió el olor a pan tostado o más quemado. Cerró tras de sí y caminó en silencio hasta la cocina.Willow estaba de espaldas, moviendo algo en un cuenco con una cuchara de madera. Llevaba puesta una de sus camisas; para él, la vista era perfecta: el dobladillo le rozaba los muslos, las mangas estaban arremangadas y tenía el cabello recogido a medias y los pies descalzos.Sonrió sin decir nada y se acercó, la abrazó por detrás, con los brazos rodeándole la cintura. Ella soltó la cuchara, sobresaltada, pero rápidamente supo que era él.―¡Noah! Me asustaste. ―Cerró los ojos y apoyó la espalda en su pecho sin decir palabra.Él bajó la cabeza y le besó el cuello. Con un cariño que iba más allá del deseo.―Lo siento ―susurró―. Es que no pude contenerme, te ves… preciosa.Ella sonrió, pero luego apretó los labios. Llevaba todo el día pensando en la muerte de Ariella. Aunque habían sido rivales por poco tiempo, no merecía morir así. Adem
C120- CACERÍA.En el salón del consejo, las antorchas parpadeaban, Zayden estaba en el centro, serio, pero su interior era una tormenta. La culpa le roía el estómago como una bestia hambrienta.Después de que el joven lobo les informara de la muerte, él y Noah habían ido a recoger el cuerpo. La imagen de Ariella, destrozada en medio del bosque, lo perseguía. Y lo peor no era el recuerdo. Lo peor era que no podía apartar la voz que le susurraba al oído: Es tu culpa. Estaba en tu tierra. Bajo tu mando.De pronto, la puerta se abrió.Y una loba entró.Era la Alfa de la manada de Ariella. La mujer caminó entre los presentes sin mirar a nadie. Llevaba el cabello oscuro recogido en una trenza gruesa, la frente alta, los pómulos marcados, pero los ojos como tormentas endurecidas.Su nombre era: Alma Ravenwood.Tenía cuarenta y tantos, pero su cuerpo aún era firme. Y también había belleza en ella.La habían llamado tan pronto como recuperaron el cuerpo. No preguntó detalles. Fue hasta allí si
C119- NOAH TE AMA.Willow se agachó entre los matorrales y sus dedos ágiles arrancaron raíces frescas del suelo húmedo. Una sonrisa tranquila jugaba en sus labios. La mañana era clara, el sol apenas asomaba entre las copas de los árboles, y todo en su interior se sentía en paz. Después de tantas tormentas, de tantas dudas, había logrado arreglar las cosas con Noah.El simple recuerdo de sus cuerpos fundiéndose, de sus manos recorriéndola horas atrás, le calentaba el pecho.Sacudió un poco de tierra de una raíz gruesa y la echó en la cesta que llevaba colgada del brazo. Estaba tan absorta en su tarea que tardó un par de segundos en sentirlo.Una presencia.Fría.Tensa.Willow se giró en seco y vio a Ariella. De pie, unos metros más allá, sin la altanería de siempre, sin esa media sonrisa dulce que solía ocultar sus verdaderas intenciones.Su rostro ahora era serio. Y su mirada estaba cargada de algo que Willow descifró como resignación.Sin embargo, el aire entre ambas se volvió denso
C118- VERDAD CADA VEZ MÁS CERCA.Zayden estaba parado allí, con el cabello alborotado y el pecho subiendo y bajando como si acabara de correr una maratón. El relicario colgaba apretado en su puño, brillando bajo la luz temblorosa del pasillo.Noah le lanzó una mirada asesina mientras abrazaba a Willow contra su pecho.—¿Tienes idea de lo cerca que estuve de tocar el paraíso? —espetó—. ¿Vienes a interrumpir o a mirar? ¡Porque si es lo segundo, te cobro entrada!Zayden soltó una exhalación dura, ignorando la escena desastrosa frente a él.—Necesito hablar —gruñó, de una forma que hizo que Noah dejara de bromear al instante—. Y es ahora.Willow se cubrió mejor con las sábanas, y su sonrisa se desvaneció al ver la gravedad en los ojos de su primo.—Zay, ¿qué pasa?Él le dio una mirada rápida.—Vístanse. Los espero en la sala.Noah resopló, resignado. Cuando lo vio irse, le dio un beso rápido a Willow en la frente y se incorporó con un gruñido.—Esto va a costarte caro —siseó mientras iba
C117- HORA EQUIVOCADA.Zayden empujó la puerta despacio y el olor a madera vieja y polvo lo golpeó de inmediato.No estaba allí porque la extrañara. No.Estaba allí porque, después de lo que Willow había descubierto, la duda, como un puñal, se había instalado en su cabeza. Y no iba a detenerse hasta arrancarla de raíz.Avanzó hacia la habitación provisional donde había llevado las cosas de Iridessa, hasta que fueran quemadas. Nunca se había tomado la molestia de revisar sus cosas. Nunca se había atrevido a cruzar ese límite. Sentía que no lo merecía. Que no tenía derecho ni a mirarla en su pasado.Ahora, sin embargo, sus dedos tocaron los baúles apilados junto a la pared. El cuero gastado crujió bajo su mano, y se agachó y abrió uno. Dentro, había pequeños trozos de lo que había sido su vida juntos: libros con las esquinas dobladas, bufandas tejidas a mano, ropitas diminutas que jamás llegaron a usarse. Su pecho se apretó más fuerte al ver la manta bordada con el nombre que nunca pron
C116- PRECIPICIO SIN RETORNO (PARTE 2) En un suspiro, Noah la levantó en sus brazos, y ella reaccionó al instante, llevando sus caderas contra las suyas con una firmeza que la hizo jadear. Lo rodeó su cintura con sus piernas, apretándose, con la urgencia de alguien que no podía esperar más.—Noah... —susurró—. Llévame a la cama. Ahora.Él no necesitaba más.Sin decir una palabra, la llevó a la habitación, casi a tropiezos, sin romper el beso, y cuando llegaron, la dejó caer sobre la cama. Willow se acomodó, sonriendo con descaro, mientras él se deslizaba lentamente hacia ella, mirándola con una mezcla de fascinación y hambre.Se apartó un paso y comenzó a desvestirse, cada movimiento era un espectáculo de pura virilidad. Quedo al descubierto, un torso musculoso y dorado que parecía esculpido a mano, con los abdominales marcados a la perfección. Y tatuajes que cubrían sus brazos y parte de su pecho parecían cobrar vida a medida que se movía, las sombras de las luz de las velas, danzan
C115- PRECIPICIO SIN RETORNO (PARTE 1)Cuando terminó el baile, Noah apenas pudo soltarla. Sus dedos seguían marcando su cintura, sus cuerpos seguían respirando el mismo aire cargado de deseo. Apenas intercambiaron una mirada, una chispa que encendió un incendio, y ya se dirigían a la salida, sin importarle a ninguno las miradas que dejaban detrás.El camino a casa fue una carrera muda, una guerra de miradas cargadas de promesas y roces furtivos que apenas tocaban la superficie del hambre que ardía debajo.Y cuando cruzaron la puerta principal, Noah la cerró de un golpe, y antes de que ella pudiera dar un paso más, la atrapó en sus brazos, y un segundo después su boca estaba sobre la de ella con una urgencia brutal.Willow respondió, sin recato, y sí, con toda la furia dulce que había contenido por semanas.Noah la giró, estampándola contra la puerta, sus manos recorriendo su cuerpo como si necesitara recordarlo todo, ahora, de golpe. El vestido negro apenas era una barrera entre su p