Maldita loba.
Él volvió a posar el dedo que había retirado en sus labios.
—Todos están bien gracias a ti —aseguró con firmeza.
En la mente de Derek, Yeho, que estaba echado, enroscado como un ovillo, se levantó en cuatro patas, con el pelaje erizado, y soltó un gruñido que retumbó en el pecho de Derek.
#¿Le ocultarás lo de su amiga? Debes decirle que Zhana está herida. No quiero que mi Lunita se enoje después#, exigió, con sus ojos dorados brillando con autoridad.
#¿Quieres verla sufrir? ¿Por algo que tiene solución?#
#¿Solución? Derek, Zhana está herida y envenenada#, replicó enojado, moviendo la cabeza de un lado a otro y dejando ver sus fauces en la mente de su humano.
#Sí hay solución, y si no la hay, Reiden la encontrará. Mi regente militar es muy capaz. ¿Para qué preocupar a mi lunita ahora? Si le cuento y va a investigar, puede descubrir que ella fue la científica que creó esas balas con las que Mario nos atacó y se culpará. Aunque no sabía su funcionamiento, fue su creadora. Prefiero que se