«Era peor de lo que había imaginado»
Lionetta caminó sin rumbo fijo hasta llegar a la terraza. Cerró los ojos y tomó una respiración profunda y el aire fresco de la tarde llenó sus pulmones. Su respiración fue calmándose poco a poco, y con ella, también sus pensamientos.
Abrió los ojos y miró a su alrededor. Luego se dirigió a una de las sillas largas de madera con cojines. Se sentó, recogió las piernas sobre el asiento y las abrazó, apoyando el mentón sobre las rodillas.
Tenía demasiadas cosas en la cabeza.
Se sentía una completa idiota por haberse dejado engañar por Tazio durante quién sabe cuánto tiempo. Siempre lo había considerado un tipo decente, un buen amigo, alguien en quien podía confiar. Sin embargo, aunque le dolía descubrir que él no era quien había creído, que nunca fue ese amigo leal, le dolía más pensar que Angelo pudiera haber creído que ella le había sido infiel.
¿Por qué no había hablado con ella?
Quería sacudirlo, gritarle que había sido un tonto si de verdad lo pe