No le importa lo que yo quiera.
Punto de vista de Adrián.
Cerré la puerta de un portazo al entrar en la habitación, conteniendo a duras penas la rabia que bullía en mi interior.
Me temblaban las manos y caminaba de un lado a otro, tratando de evitar golpear algo.
¿Cómo podía decir eso? ¿Cómo podía sacar a relucir a Kevin de esa manera?
No quería ir a Mauricio con Vera. No quería nada de eso. Pero, como siempre, no tenía otra opción. Mi padre me lo había dejado muy claro.
La ira en mi pecho era como un peso pesado que me asfixiaba. No podía respirar, no podía pensar con claridad.
Todo lo que veía era el rostro frío e implacable de mi padre, y todo lo que oía eran sus palabras hirientes: «Quizás si no hubieras sido tan estúpido y hubieras causado su muerte...».
Apreté los puños, tratando de alejar ese recuerdo, pero fue inútil. La culpa siempre estaba ahí, acechando en los rincones de mi mente, por mucho que intentara olvidarla.
De repente, mi teléfono vibró en la mesita de noche, sacándome de mis p