Me negó en el rito de marca, ahora se arrepiente
En el sexto año de amar a Diego, le pregunté:
—Diego, ya casi es julio… ¿no deberíamos hacer la ceremonia de marca?
Se quedó inmóvil. Bajó la mirada con el gesto tenso, como si le costara trabajo encontrar las palabras.
—Fiona, tú sabes que soy el Alfa de la Manada Bosque… y últimamente todo está muy complicado allá. No tengo cabeza para pensar en la ceremonia ahora…
—Está bien.
Diego, como era de esperarse, había olvidado nuestra promesa.
Sonreí con calma, sin sorpresa.
Aunque llevaba días preparando en silencio esa ceremonia, ya me había entrenado para resistir la decepción. Que olvidara algo tan importante solo confirmaba lo que en el fondo ya sabía: que para él, yo nunca fui tan esencial. Y si así eran las cosas… entonces era mejor irme.