Mi corazón estaba roto cuando llegue a Italia. Estaba sola en un país desconocido, o al menos, eso creía. Un pequeño ser vino a cambiar mi vida, un giro de 180°. En Sacramento dejé a mi primer amor. En Ragusa conocí al segundo. ¿Puede un trato cambiar tu vida de manera radical? Sí. Amirov Bianchi me lo ofreció casi todo, menos su corazón, uno que de a poco me fui ganando. Él sano mis heridas y me hizo más fuerte, pero el destino era claro, en ésta vida no estaríamos juntos.
Ler maisAlejarme de Adley fue la cosa más difícil que tuve que hacer jamás, era mi primer amor y toda la vida había creído que envejeceríamos juntos. Pero la realidad me había abofeteado con fuerza haciéndome ver que la única que había amado de verdad, la única que había anhelado esa vida, fui yo.
Y aquí estaba, en un país diferente, una ciudad desconocida y un idioma que no entendía buscando un lugar para quedarme, así como conseguir un trabajo.
- Mi scusi signore ‒intento llamar la atención de un señor con mis escasas frases en italiano, pero decide ignorarme por completo‒. Mi scusi signora, aiuto per favore ‒otra vez nada, quería llorar.
- Oye, sí, tú ‒me giro buscando la procedencia de aquella voz en un perfecto inglés‒, ¿vienes de América? ‒suspiro de alivio al encontrar a la mujer, me acerco y noto que alza una ceja.
- Sí, de Sacramento, California ‒ella asiente‒, ¿tú también? ‒la veo moverse de la calle principal, me hace una seña y la sigo.
- Vengo de Bristol, Inglaterra ‒asiento, su acento se sentía diferente.
- ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ‒pregunto mientras tiro de mi maleta, no sabía a dónde iba pero era mejor que estar parada y que me ignoraran.
- Unos siete u ocho meses, soy Melody Brunel, por cierto ‒me sonrojo ante mi falta de modales.
- Un gusto, soy Enith Dunne ‒digo lo bastante alto para que me escuche.
- Tienes suerte, tengo un pequeño departamento que me compró mi sugar, si quieres puedo conseguirte uno, ¿estás soltera? ‒pregunta mientras nos acercamos a unos edificios preciosos, fachada rustica combinada con lo moderno.
- No, terminé con mi novio antes de venir aquí, de hecho, él es la razón de que este aquí ‒la veo alzar las cejas con sorpresa.
- Bueno, le puedo decir a mi dolce papá que te presente a un amigo ‒niego, prefería un trabajo.
- Te agradezco pero no, ¿sabrás de algún trabajo? ‒ella ríe mientras entramos al edificio, era precioso, colores suaves, tenía un toque antiguo que me fascinaba.
- Sí, en el bar donde trabajo suelen contratar seguido, las chicas consiguen un buen pez gordo y se van, no son listas como yo ‒dice con suficiencia mientras subimos al ascensor‒, siempre busca a alguien mejor, o a varios, lo que te resulte mejor ‒asiento sin saber muy bien que decir.
- Eso es perfecto para mí, cuando comience a ganar dinero te ayudare con los gastos hasta que pueda mudarme a otro lado ‒ella comienza a reír.
- Enith, no necesitas pagar nada, dolce papá paga todo, tú sólo disfruta, si un día te va mejor que a mí, me lo pagas. ‒El ascensor se abre y salimos, los pisos debían tener como seis o siete departamentos, no se veían pequeños, y resultó que no lo eran cuando entramos, tenían dos habitaciones, sala, comedor, cocina, dos baños y un cuarto de lavado‒. Siéntete como en tu casa, el bar abre en tres horas así que descansa, ¿quieres comer? ‒asiento, sé que hay personas buenas, no esperaba encontrar una tan pronto.
- Muchas gracias Melody, te prometo que jamás olvidaré esto ‒la veo dejar su abrigo en el sillón, al menos podría ayudar con la limpieza y la comida, ¿no?
- Llámame Mel u Ody, Melody sólo me dice él ‒me guiña un ojo y río bajito asintiendo.
Me enseña mi habitación y sonrío con lo que veo, tenía una cama, una mesita de noche, un closet y una ventana con vista a la calle, perfecta para mí.
Guardo mis cosas en el closet y voy a darme un baño, me sentía rara pero también se sentía correcto. Me baño rápido para ayudar con la comida, pero ella ha ordenado algo así que no me queda de otra que sentarme y comer.
Tras la comida había recogido y lavado la loza, y tras darse las seis, habíamos salido rumbo al bar.
- Tienes suerte chica, ayer me renunció una, contratada ‒asiento sonriendo‒, empiezas hoy mismo si quieres.
- Gracias señor, no tendrá quejas de mí ‒sonrío mientras estrecho su mano, el hombre también hablaba inglés además de italiano y otro idioma, creo que catalán.
Mel me había enseñado el lugar, me había dado un uniforme y tras limpiar, me había puesto a leer y entender los menús, debía poner empeño en mis clases, después de todo, este era un nuevo país, y por lo tanto, un nuevo comienzo, sanaría mi corazón y triunfaría, como que me llamaba Enith Elizabeth Dunne.
Jamás nos detenemos a pensar en cuándo, cómo y dónde moriremos, ¿será lento y doloroso?, ¿rápido y sin dolor? Dormido, despierto, nunca nos preparamos para un evento como ese, y siempre que llega estas teniendo un día normal.- Vamos a divertirnos mucho, ¿verdad principessa? ‒miro a mi preciosa Rachele, no podía poner en palabras lo mucho que la amaba, nunca creí que llegaría a amarla así, fue fácil quererlas.- Sì papà ‒rodea mi cuello, beso su cabeza.- Me gustaría acompañarlos, pero ya quede con Maddie de almorzar, así que diviértanse y no olviden traerme algo bonito ‒ella besa la mejilla de nuestra hija, la dejo en el suelo.- Ve por tu mochila principessa ‒le sonrío, ella asiente y corre a su habitación‒. Es una pena que no nos acompañes, te voy a extrañar ‒la pego a mí suave, beso su cuello, sabía que ese era un punto débil, olía tan bien.- Amirov ‒su voz sale ronca, me separo de su cuello y la beso con hambre, ella corresponde como siempre.- Ya la tengo ‒escucho que grita y s
Amirov:Cuando me llegó aquella propuesta de Sacramento, estuve tentado a rechazarla, no necesitaba otro negocio fuera de aquí, pero fue ella quién insistió en que debía aceptar.- Siempre dices que ya no soy la misma que se fue de ahí, así que demostremos eso ‒se encoge de hombros mientras se sienta en mis piernas, beso su hombro y asiento.- Sería un buen momento para mostrar a la hermosa, sensual e inteligente señora Bianchi, ¿qué dices tú? ‒beso su cuello, la siento estremecerse, amaba saber que ella reaccionaba así al más mínimo toque, saber que era mía y que era el único que podía tocarla, me hacía sentir poderoso.- Me gusta ese plan señor Bianchi ‒me sonríe coqueta, la acomodo en el escritorio, ella enreda sus piernas en mi cintura pegándome más a ella.Al inicio ella no se mostraba así de atrevida, era más bien tranquila, pero conforme fue cogiendo confianza y cuando entendió que me volvía loco, comenzó a soltarse hasta el punto de perder cualquier clase de inhibición al mome
Amirov:Había visto a mi madre sumirse en un luto perpetuo, suspirando de amor por un hombre que sería capaz de dejarlo todo si ella se lo pedía, pero ambos eran demasiado leales, así que habían mantenido separados, ahora que por fin me había dado cuenta de lo mucho que la amaba, de que esperaba pasar el resto de mi vida junto a ella, es que temía que si algo me pasaba, ella hiciera lo que mi madre, así que le haría prometer que seguiría, que amaría de nuevo, sólo Dios sabía cuánto la amaba y que lo único que deseaba era su felicidad, incluso de la mano de otro, uno que no fuera el padre biológico de Rachele.Sentado en mi oficina se me ocurrió una idea, quizás no sucedería en muchos años, pero era mejor dejar todo listo.Primero, había hecho una carta a mi madre explicando todo con respecto a mi hija, las razones y porque no debía odiarlas ni despreciarlas, aunque estaba seguro que eso jamás pasaría, mi madre las adoraba, pero era mejor prevenir cualquier situación, y en todo caso, e
Enith:Decir que estaba nerviosa era quedarse corta, si bien Rach tenía la edad suficiente para que viniera otro bebé al mundo, no sabía si Amirov se lo tomaría bien ya que no quería hijos biológicos.- Enith, creo adivinar hacia donde van tus pensamientos ‒su voz me hace sobresaltarme, esperábamos en el consultorio del doctor los resultados‒, pero si resulta que estas embarazada, lo voy a disfrutar mucho igual que cuando estabas embarazada de Rach, no estaba en nuestros planes pero quizás el universo quiera decirnos algo ‒me abraza y casi me desinflo en sus brazos, no sé porque había dudado que él no estaría conmigo en esto, lo amaría como amaba a Rach.- Bueno, aquí tengo el resultado ‒nos separamos nada más entrar el doctor, aprieto con fuerza la mano de Amirov‒, veamos ‒abre el sobre y contengo la respiración, lo veo leer y al terminar nos mira‒. Señores Bianchi, no tienen nada de que preocuparse, es negativo ‒suelto el aire casi con alivio, no creía estar preparada para esto por
Enith:Después de nuestra confesión, habíamos comenzado a pasar más tiempo juntos, claro, todo lo que mis estudios y mi pequeña podían. Amirov era un excelente padre, un día me había despertado sólo para darme cuenta que estaba dormido en la mecedora con nuestra pequeña en brazos, había sonreído y sacado una foto, le había dado una mamila con mi leche materna, suspiro mientras pienso que cuando creo que no puedo enamorarme más, resulta que sí.- ¿De viaje a España? ‒me giro a verlo mientras terminó de abrochar el suéter de mi bebé.- Sí, creo que sería bueno ahora que vas a terminar el semestre ‒se acerca, besa las mejillas de Rach, ella toma su rostro y chupa su mejilla, él ríe y yo sólo los veo con cara de idiota enamorada.- Bien, pero tendrás que traducirme todo el tiempo ‒él ríe asintiendo, beso su mejilla con amor.Viajamos a muchos países durante mis vacaciones y también por fines de semana largos, decir que no lo disfrute sería una mentira.También aprendí a vestirme no sólo p
Enith:Los siguientes días fueron maravillosos, salíamos de paseo con Rachele y comíamos todas las tardes con mamma, la verdad es que la mujer era un sol y desde el principio me hizo sentir bienvenida, siendo sincera, al inicio me había sentido incómoda porque en mi familia no había tenido muestras de cariño en toda mi vida, así que era raro, pero ella era así por naturaleza y pronto me deje envolver y le permití ser mi madre y yo su hija.- Mi preciosa niña ‒mamma cargaba a Rach y la mecía con amor, era hermoso de ver. Creo que debía agradecerle a esos dos haberme hecho lo que me hicieron, porque no habría tenido el valor de irme de ahí y no tendría esta maravillosa familia.- Sabes ‒me estremezco cuando me abraza por la espalda y me susurra bajo en el oído‒, he pensado que quizás mi madre puede cuidar a nuestra hija y tener nuestra luna de miel ‒su voz ronca hace que mi piel se erice por completo, mi cuerpo reacciona a él y asiento.Amirov:Enith no sólo era hermosa, era una diosa y
Último capítulo