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Me Regaló un Hijo, Yo Le Regalé una Salida

Me Regaló un Hijo, Yo Le Regalé una Salida

Mi esposo, Diego, dejó embarazada a su exnovia, Sofía, quien padecía una enfermedad terminal. Dijo que era para cumplirle su último deseo de ser madre. El día que dio a luz, Valentina, la hermana de Diego, contrató una empresa de seguridad para vigilar el hospital, alegando que quería evitar que yo montara una escena. Valentina permaneció junto a la cama de Sofía. —No te preocupes, tengo gente apostada en la entrada. Si Elena se atreve a aparecer y causar problemas, haremos que la echen inmediatamente. Diego, al ver que yo no había llegado, soltó un suspiro aliviado. —Sofía, concéntrate solo en dar a luz a nuestro bebé para nazca sano. No te preocupes por nada más. Realmente creía que, como solo estaba cumpliendo el último deseo de su ex moribunda, yo no sería tan irracional como para armar un escándalo. Mirando al diminuto bebé sonrosado en sus brazos, me envió un mensaje: "Querida, hice esto por ti. Hice que ella diera a luz un hijo para nosotros, para que finalmente pudieras ser madre". Pensaba que mientras yo aceptara todo, ese niño se convertiría en mi máxima recompensa. Pero lo que él no sabía era que yo acababa de renunciar a mi residencia médica. En una semana, estaría en Karnea, trabajando como voluntaria en un proyecto de investigación biomédica. Era mi manera de decir adiós definitivamente, estaría a un mundo de distancia de Diego, para siempre. Sin embargo, tras mi partida, me buscó como un loco, suplicándome que volviera.
Cuento corto · Romance
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Cuando dejé de amarte

Cuando dejé de amarte

—Señora González, los estudios confirman que padece cáncer de páncreas en fase terminal.. Si suspende el tratamiento, quizá le quede menos de un mes. ¿De verdad está dispuesta a renunciar? ¿Su esposo, el señor González, también lo acepta? —Sí… él también estará de acuerdo. Colgué la llamada del médico y recorrí con la mirada la casa vacía; una amargura espesa me llenó el pecho. Pensaba que era solo aquel viejo dolor de estómago… y resultó ser cáncer. Suspiré y miré la foto sobre la mesa: Ernesto González, con dieciocho años, me observaba con devoción. Aún recordaba aquel día en que los copos de nieve se asentaron en nuestro cabello y él, sonriendo, preguntó si eso ya contaba como envejecer juntos hasta las canas.
Cuento corto · Romance
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El Arrepentimiento De Mi Familia Tras Mi Partida

El Arrepentimiento De Mi Familia Tras Mi Partida

Mi padre adoptó a Serafina, la hija de una sirvienta omega que murió tratando de salvarnos. En menos de un año con la familia Blanco, ella se convirtió en la chica adorada por todos. No solo era mi padre quién la atesoraba como a una joya, mi compañero y mi hermano, también empezaron a preferirla antes que a mí. Cuando Serafina, «por accidente», dejó caer al fuego el collar que mi madre me heredó y este se vio reducido a cenizas, mi padre dijo que debíamos dejar el pasado atrás, y, luego, se deshizo de todo lo que le pertenecía a mi madre. Serafina incluso quiso arrebatarme el antídoto contra la plata que había desarrollado para honrar la memoria de mi madre, ya que ella había muerto por envenenamiento por plata. Para obligarme a entregarle mi investigación a Serafina, Damián, mi amor de la infancia y futuro compañero, llegó a amenazarme con cancelar nuestra ceremonia de apareamiento. Sin embargo, cuando dejé de pelear con Serafina y me fui de casa para siempre, todos se volvieron locos.
Cuento corto · Hombres Lobo
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Nunca seremos nosotros

Nunca seremos nosotros

La víspera de la boda, mi novio le envió un mensaje a su antiguo amor. —Eres la única con la que siempre soñé casarme. La boda se acercaba, mientras yo lo veía correr de un lado a otro, organizando todo según los gustos de su amante. Viendo esto, me dejé llevar. Porque ni la boda ni él ya no significaban nada para mí.
Cuento corto · Romance
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Liberarme de un Amor Roto

Liberarme de un Amor Roto

Llevo tres meses enteros sin ver a mi esposo mafioso, Lucas Martín, y a nuestra hija Dora. ¿Y por qué ha sido? Porque su madre, Fiona, dijo que Dora debía quedarse con ella “por un tiempo”. ¿Y qué hay de Lucas? Ha estado igual de “ocupado en los negocios” como siempre. Así que cuando Lucas finalmente llamó y me dijo que vendría a recogerme para una reunión familiar en la villa, me alegré muchísimo. Pensé que tal vez, solo tal vez... podría finalmente volver a abrazar a mi niña. Paseé todo el maldito día por la ciudad, comprando sus muñecas favoritas, las chucherías que le gustaban, un vestido rosa nuevo, todo lo que pensé que la haría volver a sonreír. Pero cuando llegó el auto, no fue como lo imaginé. Antes de poder decir ni “Hola”, Dora se dio la vuelta, me echó un vistazo... y luego abrazó aún más fuerte a María, la criada. Escondió su cara en el cuello de María como si yo no estuviera ahí. Como si María fuera su mamá. Intenté acercarme a ella, pero Dora me dijo directamente que no quería viajar en el mismo auto que yo. Y María, con esa sonrisa falsa y a la vez cortés, seguía tratando de convencerme con gentileza de darle a Dora “un poco más de tiempo”. Miré a Lucas, esperando que interviniera. En cambio, solo se molestó, como si no le importara levantar ni un solo dedo para ayudar a arreglar las cosas entre nuestra hija y yo. Estaba claro que no me querían ahí. Entonces, ¿para qué intentar subir al auto? Me alejé de la caminoneta. Luego Lucas se volvió hacia mí y me dijo: —Quédate aquí. No tardaré. Lo que él nunca pudo entender era que... ya estaba harta de esperar por él.
Cuento corto · Mafia
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Casei com o Mano Dele - e o Namorado que Fugiu se Arrependeu

Casei com o Mano Dele - e o Namorado que Fugiu se Arrependeu

Matheus Alves me deixou no altar três vezes… tudo por causa da sua eterna paixão. Na primeira, Júlia Barbosa ameaçou se jogar do prédio; Na segunda, disse que ia embora do país; Na terceira, mandou uma mensagem dizendo que aceitara o casamento arranjado pela família. Matheus, sempre tão calmo e contido, se desesperou. Deixou os convidados e, mais uma vez, me transformou em piada. Liguei para ele: — Matheus, se você não voltar hoje, eu vou me casar com outra pessoa! Ele riu. — A Júlia ainda é nova, tudo bem. Mas você, com essa idade, ainda brincando disso? Apertei o telefone com força. Então ele sabia... ele sabia que era mais uma encenação da Júlia. Mesmo assim, escolheu se deixar levar. Naquele instante, eu finalmente desisti. Depois que conseguiu acalmar sua princesinha, ele enfim lembrou de mim. — Escolhe um dia pra gente remarcar o casamento. Fica tranquila, dessa vez vai ser ainda mais luxuoso que da última. O homem ao meu lado interrompeu com um sorriso: — Dá licença, por favor. Preciso levar minha esposa para embarcar.
Cuento corto · Romance
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Sozinha no Mundo

Sozinha no Mundo

O médico disse que eu só tenho mais três dias de vida. Falência hepática aguda. Minha única esperança é participar de um ensaio clínico — extremamente arriscado, mas é minha última e mais remota chance de sobreviver. Mas meu marido, Davi, deu a única vaga restante para minha irmã adotiva, Ema, que também é a madrinha da minha filha. A condição dela ainda está em estágio inicial. Ele disse que era “a escolha certa”, porque ela “merece mais viver”. Assinei os documentos para abrir mão do tratamento e tomei os analgésicos potentes receitados pelo médico. O preço disso é a falência total dos meus órgãos e a perda da vida. Quando transferi para Ema a joalheria que construí com tanto esforço, junto com meus projetos de design, meus pais disseram que “assim sim, você finalmente se tornou uma boa irmã”. Concordei com o divórcio e deixei que Davi se casasse com Ema. Davi disse que eu estava “finalmente sendo compreensiva”. Quando pedi à minha filha que chamasse Ema de mamãe, ela bateu palmas, feliz, e disse: "A Ema é uma mamãe gentil e boa." Dei todos os meus bens para Ema, e toda a família achou isso natural — ninguém notou nada de estranho em mim. Fico muito curiosa: quando souberem da minha morte, ainda vão conseguir sorrir?
Cuento corto · Romance
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O Casamento que Nunca Se Cumpriu

O Casamento que Nunca Se Cumpriu

Meu noivo Gustavo Guedes, herdeiro da Família da Máfia de Bela Aurora, me amava profundamente. Mas um mês antes do nosso casamento, alegando "arranjos familiares", anunciou que queria ter um filho com sua primeira namorada.​​ Eu me recusei, mas ele insistia diariamente, pressionando sem cessar.​​ Até que, quinze dias antes do casamento, recebi um exame de gravidez de uma clínica.​​ Ela já estava grávida há quase um mês.​​ Gustavo nunca teve a intenção de pedir minha permissão.​​ Naquele momento, finalmente entendi: anos de amor não passavam de ilusão frágil.​​ Cancelei o casamento, queimei cada presente que ele me deu, e no dia em que seria nossa cerimônia, embarquei para Porto Esperança para estudar Medicina Clínica, assumindo uma missão especial nos Médicos Sem Fronteiras.​​ Cortei todos os laços com a Família da Máfia.​​ A partir daquele dia, Gustavo e eu — nada mais nos unia.
Cuento corto · Máfia
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Alfa Me Traiu com a Cunhada. Fingi Minha Morte e Fugi

Alfa Me Traiu com a Cunhada. Fingi Minha Morte e Fugi

— Selena, seu sangue é impuro demais para ser luna. Você deve permitir que seu Alfa marque sua cunhada. — Disse minha sogra, com frieza. Por ser uma loba Ômega de linhagem humilde, minha sogra nunca esteve satisfeita comigo. No dia em que o irmão do meu companheiro faleceu em um acidente, ela teve a ousadia de exigir que Eugene, meu companheiro, tivesse um filho com Kristy, sua cunhada de sangue nobre, ou então perderia o direito de herdar o posto de Alfa. Eugene me abraçava, tentando me consolar com palavras suaves: — Você é a única no meu coração. Mas a alcateia precisa de um Alfa. Assim que eu der um filho a ela e conquistar meu título, vou anunciar ao mundo que você é a minha verdadeira luna. Pode ser assim? Eu o amava tanto… Que acreditei em suas palavras. Mas, quando ele passou de dormir com Kristy apenas uma vez por mês para passar comigo apenas uma noite no mês, meu coração começou a desmoronar. Com dor, percebi que Eugene já não era mais aquele companheiro que me pertencia por inteiro. No dia em que Kristy anunciou sua gravidez, a notícia do casamento entre ela e o Alfa Eugene se espalhou por toda a alcateia, menos para mim. Foi só quando vi o anel da luna, cintilante e resplandecente na mão de Kristy, que meu coração se partiu em mil pedaços, doendo ao ponto de me tirar o fôlego. “Eugene… Se é isso que você realmente quer… Então eu vou desaparecer como se estivesse morta. E nunca mais volto.”
Cuento corto · Lobisomen
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A Mentira Que Todos Sabiam, Menos Eu

A Mentira Que Todos Sabiam, Menos Eu

"Se você irritasse Alfa Carlen, ainda teria Irene para interceder por você. Mas se irritasse Irene, não sobraria nada de você." Essa era uma frase amplamente difundida entre os círculos da alta sociedade dos lobisomens. Eu era Irene. Por causa de um jogo, decidi desfazer o vínculo de companheiros com Carlen. Durante o jogo, ele, embriagado, disse: — Eu gosto de encostar a cabeça na barriga de uma grávida e ouvir os batimentos do filhote. O salão ficou em silêncio absoluto. Todos os olhares dos lobisomens se voltaram para mim. Naqueles olhares, não havia surpresa, apenas pena de mim, a legítima Luna, e o pânico de terem um segredo revelado. Naquele instante, compreendi tudo: todos sabiam que Carlen tinha um filhote com outra mulher, mas todos o ajudavam a esconder isso de mim. Só porque sabiam o quanto eu era importante para Carlen. Se eu descobrisse, certamente o deixaria, e ele enlouqueceria. Devo admitir, eles realmente me conheciam bem. Após descobrir a verdade, preparei-me para fazer três coisas. Primeiro, joguei no forno a aliança de casamento que Carlen desenhara especialmente para mim. Segundo, salvei no pen drive o vídeo em que Lily usava a criança para me provocar. Terceiro, entreguei ao departamento administrativo da Alcateia os documentos solicitando minha transferência para pesquisadora na isolada Ilha da Neve. O dia em que deixei a Alcateia coincidiu com o sétimo aniversário do meu casamento com ele. E eu desapareceria de sua vida como uma fumaça. Engoli o vinho tinto amargo, esforçando-me para parecer calma.
Cuento corto · Lobisomen
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