Marca de Sangre
Adriana Veyra es la oveja negra de su familia. Nació mitad humana, mitad vampira, algo que para el linaje Veyra —una de las casas más antiguas y temidas del mundo nocturno— es poco menos que una mancha en el honor.
Es inteligente, obstinada y con un sentido de justicia peligroso para alguien que vive entre depredadores. Pero una noche, durante una discusión universitaria que se sale de control, Adriana mata accidentalmente a un compañero... y el cadáver no es un problema menor cuando el mundo humano y el vampírico están al borde de una tregua frágil.
Su abuelo, líder del clan, podría limpiarlo todo… pero en vez de eso, asigna a Adriana bajo la “protección” de Lucien Draeven: un vampiro milenario, frío como el hielo y conocido por coleccionar corazones rotos y secretos de sangre.
Lucien le hace una oferta peligrosa:
—Yo haré desaparecer tu error. A cambio… tú me perteneces.
Lo que empieza como un trato por conveniencia se convierte en un juego retorcido de seducción, poder y peligro, donde Adriana tendrá que decidir si lucha contra él… o se rinde y se deja devorar.