Te Esperé en el Tiempo
—¡Basta, me casaré yo! —Al pronunciar estas palabras, Camila se sintió liberada.
Luego, escuchó los gritos de alegría de sus padres:
—Camila, nos alegra que por fin hayas sentado cabeza. Aunque tu prometido esté en estado vegetativo, es un joven muy apuesto. Y aunque lleva varios años en coma, ¿quién sabe? ¿Qué tal despierte? Él es el heredero legítimo del negocio de su familia.
Camila no podía creer que sus propios padres la estuvieran convenciendo de casarse con un hombre en estado vegetativo y, encima, actuaran como si ella estuviese ganando con toda esta situación. Dudaba que existiera otro par de padres tan crueles en todo el mundo.
Con una sonrisa irónica, Camila respondió:
—No se preocupen. Ya me decidí ¡Me voy a casar! no voy a echarme para atrás. No dejaré que su querida hija adoptiva ocupe mi lugar.