Sinopsis: ¿Una sorpresa? ¿Padre yo? Soy Cayetano Rodríguez, un hombre rico y de corazón duro, una hermosa mujer me dejó por su amor de niñez y desde ese momento solo me interesan las fiestas y las mujeres, me he olvidado del amor y de la devoción que conlleva, pero ¿Eso está apunto de cambiar? El destello de sus ojitos color café claro, me dejaron perplejo… María E, seria el delirio más grande que podía haberme llegado. Una bebé, una colombiana cuerda y… Málaga, serían el detonante para acabar con el mote que tan bien me había ganado, “Tano Sin Miedo”.
Leer más“Le enseñó lo único que tenía que saber para el amor; que a la vida no la enseña nadie.”
—Gabriel García Márquez—Bailoteando en una playa en Asturias, me encontraba bebiendo y gozando de los placeres y excesos de la vida, todo lo tenía en bandeja de plata. Borracho viajaba a distintos lugares, esta vez aborde hacia las playas de Santa Marta, Colombia.—Vea gil, bienvenido a Santa Marta—, dijo Nathan, mi primo el vividor.Había demasiadas mujeres en ese maldito Jet, lo único beneficioso era que no faltaría sexo, alcohol y más.—Pues, a con todo coño— exclame en mi embriaguez.No sé cuantas horas pasamos sentados en el Jet ni cuando aterrizamos, lo que sí sabía era que el amanecer se veía precioso en esa playa de arenas blancas. Un lugar fuera de serie y que me ayudaría a olvidar mis penas.Mi manera de huir de los problemas era esta, emborracharme, follarme a cualquier mujer que me brindará seguridad y no enamorarme, sobre todas las cosas. Un día antes había roto mi compromiso con una siciliana, esa mujer que con sus ojazos caramelo, había hecho ese hechizo profundo de amor en mí y que la muy bandida, se había echado para atrás luego de regresar con su amor de niñez. —¡Vaya estupidez!—, grite bajando del Jet.Soy Cayetano Rodríguez, un bohemio que debe aceptar, tarde o temprano, a dirigir la empresa de su padre, el importante Antonio Rodríguez. Un famoso empresario, con relaciones en negocios internacionales, inversionista en varias partes del mundo, un magnate egocéntrico y poderoso qué , el cuál, no aceptaba que su único hijo varón, fuese un crio de m****a, bohemio y despreocupado alcohólico, que llevaba más mujeres que éxitos cosechados.—¡El amanecer está de madre!—, grite como unas diez veces, revolcándome en la arena, como un tonto niño.Las mujeres que iban en el Jet, Nathan y dos amigos más que eran imparables, Javier y Luis Pedro, me veían como si me hubiese hecho un mal efecto el alcohol.La que decía que me amaba había destruido mi corazón blandengue y así me encontraba olvidándola, revolcado en la arena de otro país.Una fiesta con fogata llamó mi atención, ver a las morenas canela bailar y una de piel porcelana blanca, entre tantas que robo mi corazón… ¿podía enamorarse uno después de una ruptura amorosa? ¿Tres años no habían sido suficiente motivo para seguir atado a ella? Ahora habían mis ojos vislumbrado por una hermosa y preciosa pelinegra de ojos verdes casi grises, era demasiada mujer para un hombre como yo.Me llaman “Tano sin miedo”, ninguna mujer me quedaba corta pero… sabía que con esta chica no tendría oportunidad de nada. Ella seguía moviéndose a un ritmo delicioso, no sé qué música era pero, me acerque en un intento de bamboleo en el cuerpo hacia las chicas y ese manjar de dioses de cabellos negros, haciendo el ridículo porque no sabía que demonios bailaban, me pose enfrente de ella, como preparando al toro para el matadero.—Eres demasiado cómico, pero ajá—, dijo riéndose, mostrándome la belleza de su sonrisa perlada, sus labios gruesos y rosados.—Pues, ¿ajá qué?—pregunté acercándome más a ella, bailándole cómo un payaso ridículo.Ella aceptó bailar conmigo, diciéndole a los chicos de la banda que tocaba con timbales y acordeón a que cambiaran «La champeta por vallenato».Me entrelaza sus largos brazos sobre mi nuca y, aunque quedara baja de estatura a la mía, ella logró acomodarse y mis manos se posaron en sus caderas, dejándonos llevar por el ritmo de la música. Yo solo amaba tocar flamenquillos y demás música folclore, pero esa me gustó. Me mecí en el aire junto con sus brazos, esos brazos que me arrullaban al ritmo del famoso “vallenato”, me sentía repuesto… hablamos hasta que amaneció, mi borrachera fue mostrada en cuanto la resaca comenzó a pasar factura, no sin antes llegar a la habitación número 126 del Marriot Hotel, Playa dormida. No fueron besos ni arrumacos, tampoco folleo intenso de una noche como el animal que acostumbraba a ser, fue solo hablar de nuestras vidas, lo poco que supe de ella fue, que estaba estudiando relaciones internacionales, negocios y más.Una mujer que dejó mi corazón lleno de esperanza y oportunidad y que con su voz sanadora, curó el quebrado lado de mi infeliz motor. ¿Alguna mujer así podría borrar la huella que Constanza había dejado en mí?.—No creo que nos volvamos a ver Tano, pero fue todo un placer coincidir contigo—, exclamó la chica de cabellos negros.Sus labios articulaban un dulce “Descansa”, antes de caer rendido a los brazos de Morfeo, pregunté entre balbuceos su nombre, a lo cual ella respondió con su dulce y firme voz; —Soy Catalina, no me olvides—.(***)Desperté anonadado, preguntando y preguntando, —¿En donde esta ella?—, pero nuevamente me encontraba solo, en esa calurosa habitación de hotel, una lujosa por cierto y qué, además habían tres borrachos más conmigo.Me levante mareado, con una nota de papel pegada a mi frente que, con fina letra a carta decía; —«Catalina, no me olvides»—, sonreí al leer ese nombre tan chusco y aumento más mi jaqueca por la transición de desintoxicación que estaba llevando mi cuerpo. Entré cómo pude a la ducha, me sumergí en la tina, dejando mis piernas largas de fuera, ¿Por qué no harán tinas para personas que miden 192cm?.Remoje mis pensamientos por un rato y una fastidiosa voz me hizo salir de ellos nuevamente, volviéndome a la realidad amarga, un compromiso fallido y fracasando como siempre en todo.—Se mira re divertida esa tina, haga espacio gil—dijo Nath, que se había despertado hecho un desastre.Salí de la tina luego de bañarme y dejarle el mugrerío a quien sabe, enrollando un albornoz en mi cintura, dejando caer las perlas de agua que resbalaban en mi torso, brazos y piernas.—Pidamos desayuno en la suite, no quiero ni ver la luz del sol, ¡apáguenla!—, grito Luis Pedro, quien había amanecido sobre Javier en una maraña de cuerpos.—¿Cuál desayuno? Larguémonos de aquí, mi padre me espera en Industrias y debo darle una buena explicación, ya saben sobre qué— espete amargamente.Termine de colocarme lo que traía en la bolsa provisional que siempre llevaba, gracias a mi nana que me consentía y solapaba mis actos de estupidez.(***)Aterrice ya hace doce horas, haciendo escala en Colombia y luego a Madrid, debía estar prolijo para que mi padre me recibiera, no sólo con la madriza que me daría por romper el compromiso con Constanza sino también, la relación comercial entre Industrias Rodríguez e Industrias DiVaio.Enfundo mi cuerpo en un traje gris perla, camisa blanca y mocasines color café, peino mi cabello negro hacia atrás, terminó de aplicarme la loción Polo Code que tanto me gusta y salgo listo para conquistar el mundo.Enfilándome hacia la puerta de mi apartamento, siento como alguien sale corriendo de enfrente de mi puerta, trato de abrirla de inmediato, pero no veo a nadie, cuando estoy dispuesto a salir, tropiezo con una cesta llena de sábanas rosa…La curiosidad me mata y me poso a la altura de la cesta.—¡Veamos que hay aquí!—exclamó con tono irrisorio.Vaya sorpresa, cuando destapó la cesta y encuentro a un ser indefenso, con mejillas regordetas y de color rosa… un bebé.—«¡joder, un bebé!»—, veo por todos lados a ver si hay alguien acompañándo la cesta, no veo nada hasta que el bebé empieza a incomodarse en la misma, soltando un chillido estruendoso.Una nota sobre los pies del pequeño y mi mundo cambió por completo, palidecí y sude frío, lo que me faltaba, ¡Dios!«¿Recuerdas esa noche alocada en Málaga? Aquí te dejo el recordatorio de tu promesa antes de llevarme a la cama, se llama María Elvira, cuídala por mí».Catalina:Dicen que el tiempo lo cura todo, pero para mí, aún sigo esperando a que se haga ese cambio mágico que me sane, que me cure... Un viaje me serviría para sanar el alma, tal vez ahí logre entender muchas cosas, del porque mi mente me pide a gritos que lo olvide y que mi corazón me diga que lo ame, lo cuide y sanemos juntos, sin que esto se tiene hostil para ambos, porque hemos sufrido en el proceso, hemos pasado por tanto y he aquí el resultado de nuestro hijo, y nos queda luchar por nuestra hija, así como Pilar lo quiso. (***) Deje a Cayetano durante tres meses, tres meses en los cuales aun no sane del todo, porque le otorgue la culpa de la muerte de nuestro hijo, aunque en cierta parte no la tuviera, pero para mí, esto era difícil... El regreso a Madrid. Mi madre ha sido un pilar importante, diciéndome que todo pasa por algo y que, aunque no esté preparada para todo, es solamente que vamos tomando experiencias, porque aunque el destino se empeñe en separarnos, lo indicado
Tano:Íbamos junto con la policía en el avión que la misma aerolínea nos brindó, ya que el jet de mi padre estaba aún en el hangar de Málaga, mi hija iba profundamente dormida, Catalina iba hasta adelante, con suma tristeza… Marina y Bianca estaban bien, solamente tenían que sanar de a pocos como mi esposa y bodoque con terapias, yo me haría cargo de todo eso, aunque Samir me dijo que se encargaría de la parte de Bianca, ya que la culpa no había sido mía, que era solamente una broma pesada que nos había jugado el destino. Ese árabe tenía razón a veces, aunque en este momento tenía miedo de que Catalina se llevara su felicidad con él, y esos pensamientos estúpidos invadían mi mente durante el viaje, pero quise no pensar en eso ni en ella, ya mañana trataría de sobrevivir para poner en primer plano nuestro divorcio, dejando sus recuerdos sanar y esperar a que el tiempo hiciera lo suyo conmigo.–¿ya pensaste en como recuperar a tu esposa, madrileño tonto? –expreso Samir, que se había le
Tano: Dos días habían sido el calvario que atravesaba mi corazón y sin duda, el de mi esposa, la mujer fuerte que no quería verme en esos días, solo de recordar en como la vi alterada postrada en esa cama de hospital, odiándome con dolor, porque si, tenía razón de odiarme… yo había sido el asesino de mi hijo, de nuestros sueños como una pareja normal, ahora no sirve pensar en el “y, ¿si hubiera actuado con valentía?” de ahora, no me servía nada de eso. Habíamos perdido demasiado en una pelea absurda sobre dinero y tantas cosas, que lo único que hice, fue exponer a lo único que era mío que tenía, que era mi familia, la que yo estaba empezando a construir, o más bien, la que mi esposa, sin reproches ni egoísmos, había puesto ante mí. Flashback: A las horas de que me dieron la noticia, bueno, nos dieron la noticia de que habíamos perdido a nuestro hijo, Catalina no quiso ver a nadie, y era entendible, pero, quería consolar al amor de mi vida, quería que supiera que estaba ahí para ell
Catalina:Mi salud no estaba bien, lo que temía era que mi hija no estuviera bien y que Marina con Bianca no estuvieran con vida… tantas cosas pasaban por mi cabeza, que empecé a idear un plan de escape, no quería pasar ni un solo minuto más en este lugar horrible, por suerte cuando abrí los ojos, no estaba ni Carmen y Constanza, así que eso me ayudaría a pensar sin presión, estando solo con mi silencio me volvía loca y no me estaba concentrando en lo que también era importante para mí… mi pequeño bebé, el cual ya había decidido llamarlo Aaron, él me daba fuerza para querer salir de aquí y rescatar a su hermanita, ya que mucha fe en que Cayetano llegara ya no tenia, y era triste haber llegado a este punto, encontrándome sola y vulnerable. –¿Dónde estará mi niña hermosa? –me pregunte en un susurro, acariciando mi pancita, aunque hoy me sentía un poco mal, más que ayer, desde que no estoy comiendo como se debe y bebiendo agua, peor, sin tomar mis pastillas para que mi hijo siguiera cre
Tano:Estaba que me volvía loco al ver que no había cupo para ningun vuelo urgente, el jet de mi padre se encontraba en Málaga, y yo estaba desesperado por llegar a Inglaterra y encontrarlas, mis idioteces nos habían traído a este punto de incertidumbre y angustia, eran el amor de mi vida, mi hijo y bodoque… la niña que me robo el corazón y por la que lucharía hasta el final por encontrarla y darle la familia que merece.–Podemos encontrarle un vuelo en una hora, señor… pero– interrumpí con muchísima educación a la recepcionista de la aerolínea, estoy desesperado por salir de aquí y encontrar a mi familia. –¿Cuánto dinero debo de desembolsar para que me den un vuelo privado ahora mismo a Inglaterra? Mi mujer y mis hijos están en peligro, sé que tal vez no lo entienda, pero estoy muriendo por ir a salvarlas… por favor, tenga piedad de mí, por amor a la santa Macarena– con un sollozo a la ultima oración, vi como ella se enterneció junto con el gerente de la aerolínea, hicieron dos llam
Tano:Minutos después de colgar la llamada con CatalinaSentado en el estudio que era como mi hogar, desde que Carmen me amenazo este fue mi refugio, no quería salir de aquí, pero mi esposa, el amor de mi vida y mi motor, que era mi hija, me sacaban de aquí, no sabia que el amor al dinero, había sido el detonante a que mi familia se destruyera, mi padre había averiguado por su cuenta sobre el tema que ya le había mencionado, y, hasta que la situación fue complicada, decidió participar y darme instrucciones sobre como actuar, pero eso había sido demasiado tarde, aunque enviara a mi esposa a la casa que había sido de mi madre, junto con mi hija después y a Marina para cuidar de ambas, fui un idiota al no irme con ellas y dejar esto en manos de la policía, pero bueno, yo iría al final a mi modo, porque aunque fuese un estúpido, el amor hacia ellas me tenia atado a seguir luchando. Hable con Samir, sabía que podía contar con él para cuidar de Catalina y de mis hijos, aunque ya me había d
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