Eres Mio

¿qué pasa cuándo tu corazón le pertenece a otro y eres obligada a casarte con un extraño? Eso mismo le sucedió a Ellie cuando su padre le mostró a Sandro, su nuevo esposo. Y ahora ¿qué sería de su vida? ¿por qué ella? Pero, aun más ¿por qué él?

—Sé lo que debes estar pensando, y probablemente soy un imbécil y te estoy haciendo daño, pero no puedo. Es lo que quiero y… —Eres muy egoísta y lo sabes, ¿no? —Sí, no debí hacerlo. Perdóname, perdóname —suplicó. —¿Tienes idea de lo que acaba de suceder? Quizás para ti no signifique nada, pero para mí… —sollozó—. No puedes irte. —No puedo quedarme. —Eres un imbécil. Acabado de perder la virginidad con un puto imbécil. —Lloró—. Tienes razón. Puede no haber sido una violación, yo accedí, pero sí abusaste de mí, . ¿Qué derecho tenías? Pensé que… que… —tartamudeó. —¿Que te quiero? Te quiero, Amy. Sí, te quiero. —No lo suficiente como para… pensar antes de actuar —sollozó. —¿Qué tengo que hacer para que me perdones? —No te vayas. —No puedo. La decisión está tomada. —¡ENTONCES VETE AL INFIERNO! Se sentía completamente rota. ¿Qué clase de broma de mal gusto era aquella? ¿Por qué diablos jugaba con ella? ¿Cuál era la gracia de todo aquello? ¿Por qué la había ilusionado de aquella manera? Desde aquel día el mundo de Amy se derrumbó. El muchacho por el que hubiera dado todo, no solo la había usado, si no que se había marchado, poco después, sin mirar atrás. No obstante, pese al dolor que sentía, no pensaba dejar de vivir. Brendan Warren quedaría enterrado en el pasado. O al menos, eso creyó, hasta que 12 años después, el destino de nuevo sus caminos entrelazó.

—Dejame ir, ¿no entiendes que no te amo?... le pido con los ojos aguados. —No te dejaré ir, porque eres la madre de mi hijo. —Por favor—Exclamo al punto de quebrar en llanto. Él llevó sus manos hasta mis nalgas y las froto con delicadeza, intente quitar sus manos, pero era inevitable, extrañaba sentir esta sensación... Del hombre que jure odiar por el resto de mis días.

El destino cruzó a dos pequeñas, Arielle L'Blank, inquieta y vibrante con unos ojos grises destellante y llenos de inquietud, y de cabellos de color caramelo. Arielle Bright, todo lo contrario, con una quietud y sensatez para su corta edad, sus cabellos rubios dorado y ojos verdes. Se miraron y su adversidad creció en el momento en que ambas corrieron a los brazos de Sergio. Padre de una y tío de la otra. -Cuando seas grande aún asi, te voy seguir quitando tus juguete favorito. -Y yo te buscaré y lo recuperaré. Fue la sentencia de ambas. Emanuell Giordano es obligado a casarse para poder heredar el conglomerado. Su prometida Arielle L'blank, huye y se refugia en el convento. Va en busca de ella, y en su lugar se lleva a Arielle Brigth, que por decepción ingresa al convento, en dónde por cosas del destino pierde su habito y en su lugar encuentra un vestido de novia, y es confundida con la novia fugitiva y llevada a la fuerza. ¿Tu quién eres? preguntó Enmanuell. Soy Arielle, Pero no la que sería tu esposa. Gabriell Alighieri, descubierto y acusado de ser infiel el día antes de su boda, su novia decide no casarse y se aleja de él para ingresar en un convento. Decide buscarla y la encuentra en el convento sin imaginar que le llevan a la monja equivocada. ¿Quien carajos eres tu? Preguntó Gabriell. Soy Arielle..pero no tu Arielle.. imbécil.

¿Cómo esperas que yo confíe en ti?. Eres un monstruo, una bestia asesina. Él es un mounstro. Insensible y lleno de un orgullo que es imposible de vencer, por qué a mi me tocó esté destino. El ruido fuerte que se escuchaba por todo el bosque me hace marear por algunos momentos provocando que me detenga. ¿Cuándo nos convertimos en las presas de ellos? Es algo que nadie me a respondido porque nunca nos tomamos algo en serio, nos lo advirtieron y ahora estamos aquí. Sin fijarme tropiezo por unos carriles de trenes que no vi y caigo al suelo golpeándome, jadeo adolorida por el fuerte golpe y me muevo en el lodo, suspiro sintiendo ese pesado aire que solo está con su presencia y dirigió mi vista a él. ㅡ Pensé que te rendirías, pero creo que no comprendiste. ㅡAgarra mi cabello estirando mi cuero cabelludo, alza mi rostro con fuerza haciéndome gemir adolorida . ㅡN-no fue mi ㅡDebes de aprender a callar, te di tu tiempo y mejoraste, pero solo era una farsa para escapar. ㅡ Suspira pesadamente helándome por su fría mirada sobre mi.ㅡ Te daré otra oportunidad, corre tienes tres segundos de ventaja y si no te castigaré de una peor manera si no haces lo que te pido. Tiemblo, pero sin saber qué más hacer corro, caigo al suelo asustada cuando escucho su aullido temiendo de que esté detrás de mí como en toda mi vida lo estuvo sin que yo me diera cuenta. Estoy siendo cazada por un lobo y no cualquiera, soy perseguida por el lobo más temido de estos tiempos; el gran Alpha Axel. SE PROHÍBE LA COPIA DE ESTA HISTORIA. Así como también cualquier adaptación o distribución en PDF o otros formatos sin autorización de la autora.

Me eligieron para ser la prometida de Leonardo Garza, el heredero del Sindicato, la mafia más poderosa. Pero en una gala familiar, Leonardo fue el objeto del descarado interés de Carolina Sifuentes, la hija de un traficante de armas. Carolina no era como las demás aristócratas, tan apegadas a las reglas. Ella arrasaba las calles en un carro deportivo modificado, usaba un cuchillo de combate militar para cortar sus puros y bebía el whisky más fuerte, solo y sin hielo. Había en ella una rebeldía indomable, una energía que a Leonardo le resultaba imposible ignorar. Se quejó con la familia. —¿En serio creen que alguien como ella puede ser la Madre y manejar a toda la familia? Hablaba con un claro desdén hacia la impulsividad de la joven, pero no le quitaba los ojos de encima, siguiendo cada uno de sus gestos mientras ella levantaba su copa. Entonces, en el cumpleaños de Carolina, él anunció su intención de hacerla su amante. Ella se negó. —En mi familia, las mujeres somos esposas, nunca amantes. Y el hombre que se case conmigo me tiene que querer solo a mí. Leonardo vino a mí, con voz titubeante. —Elena, es solo una formalidad. Un título, nada más. Necesito que se lo cedas a Carolina, ¿sí? Por favor. Ella no entiende las reglas de la familia y está terca con que me case con ella. Solo es para calmarla por ahora. Después de la boda, tú seguirás manejando los asuntos de la familia. Todos aquí saben que tú eres la única a la que considero mi verdadera esposa. Mientras me probaba el vestido de novia, una cuenta de cristal afilada en el corsé se me clavó en el dedo. Una sola gota de sangre floreció sobre el satén blanco y puro. El vestido estaba arruinado, pero la boda seguía en pie. Si no podía ser la esposa del heredero, me convertiría en la mujer del Don.

—Deja de fingir y firma los papeles del divorcio inmediatamente. Estaré personalmente pendiente de que firmes los papeles del divorcio esta vez—. —¿Los papeles del divorcio? Ni siquiera estoy casada. ¿Quién eres tú?— Yuriel Scott se despertó en un hospital tras un accidente. De repente, Aleandro Gilren, un empresario multimillonario de la capital, le entregó un certificado de divorcio. —No pongas a prueba mi paciencia y firma los papeles del divorcio ahora mismo—. dijo Aleandro impaciente. —Ni siquiera te conozco; ¿por qué debería firmarlo?—. Yuriel arrojó el documento a la cara de Aleandro.

Camila, un chica sofisticada y de alta sociedad es atrapada por un ultimátum que le ha puesto su padre a causa de los líos mediáticos que está teniendo últimamente. Las fiestas sin control y la excesiva exposición social está por arruinar todo lo que queda de su buena reputación. Luego de un suceso que no se puede tomar por alto, Alejandro decide que lo mejor es tomar cartas en el asunto y hace un trato con Lourdes para que ella se vaya por un tiempo. Por supuesto que confía en ella por su disciplina, pero ni siquiera alcanza cuando eres seducida y manipulada. Las cosas no se pondrán fáciles, ni siquiera para Camila.

Los libros son una ventana a otro mundo, a vidas que no te pertenecen, pero que haces tuyas a cada página que lees. Me refugié años en ellos, viviendo historias de amor y pasión que deseaba, pero que era consciente que nunca tendría. Hasta que te encontré este verano, nuestro primer verano. Trey, eres la clase de chico que no quiero en mi vida, pero con el que fantaseo en los libros. Eres la clase de chico capaz de destruirme, de partir mi corazón en dos. Eres la clase de chico que debo mantener en la distancia, pero que no puedo. No puedo resistirme a entrar, a querer ver cada uno de tus demonios, aún a riesgo de terminar herida. A lo mejor no estoy destinada a vivir un sencillo cuento de amor, a tomar el camino fácil hacia el final feliz, puede que deba tener una historia como la de mis libros. Quizá estoy destinada a enredarme en ti e intentar deshilarnos a los dos.

Dos almas unidas por el destino y un lazo inquebrantable designado por la misma diosa Luna, pero ¿serán capaz de aceptarse por lo que cada uno representa, o será su odio y su enemistad más fuerte que todo esto? Él es un Alpha de Alphas, es fuerte, serio y frío, lidera la manada más poderosa del continente europeo, hace ya cinco años perdió a su luna, la cual no sabe si está viva o muerta, el día de su desaparición dio a luz a una hermosa niña la cual es la única que lo tiene con los pies sobre la tierra. Él la ha buscado por todo el mundo y el bajo mundo, pero ya no puede más su niña crece y lo necesita. Una noche fría de lluvia se encuentra con una hermosa pelirroja malherida, algo de ella lo inquieta y no solo es el hecho de que ella sea una cazadora, pero no obstante le dará el trató que se merece un cazador como ella. Ella es una de los líderes de los cazadores ha perseguido y matado tanto hombres-lobos como a vampiros, brujas y todo ser sobrenatural que se le ponga en frente puesto que los odia, pero por qué ni ella misma lo sabe, ella es un alma en pena, no recuerda su pasado, su mente es una laguna y sus noches son una tortura, cada vez que cierra sus ojos su odisea empieza. Él ha despertado una gran curiosidad en ella, pero no está dispuesta a sucumbir ante sus encantos y ante nada que tenga que ver con él. —Suéltame lobo degenerado —Le gritó. —No lo haré, me perteneces, eres mi esclava y haré contigo lo que quiera y ahora lo único que me provoca es tomarte —Ruge oliendo mi cuello...