―¿Qué le hiciste a mis hijos, Darius? ¡Dime dónde están! ―Están donde pertenecen, Liona. Y no los volverás a ver... a menos que vuelvas conmigo. Yo, Liona Lindbergh, pasé de ser la chef esclava de la manada Crepúsculo a ser elegida para engendrar los cachorros del Alfa Darius Wolff. En ese momento, creí que era mi oportunidad para acercarme al lobo frío y distante que siempre había amado en secreto. Mi corazón latía con esperanza, imaginando que tal vez, solo tal vez, él podría verme de otra manera. Pero mis sueños se desmoronaron en un instante cuando Darius me rechazó y me marcó con palabras que aún resuenan en mi mente: "No eres más que un vientre sustituto". Esas palabras me destrozaron, dejándome vacía y rota por dentro. Pero el destino nos jugó una carta inesperada. Darius me volvió a ver, pero yo ya no era la misma. Había renacido de mis cenizas, más fuerte, más indomable y más deslumbrante que nunca. Ya no era la loba sumisa que él había conocido. Ahora, mi corazón pertenecía a otro. Gideon Draven, el Alfa de otra manada, me amaba profundamente y sería mi futuro compañero y el padre de mis cachorros. Vi en sus ojos la desesperación, el enojo y el arrepentimiento. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperarme, pero yo ya no estaba segura de querer volver. Las cicatrices del pasado eran profundas, y cada una de ellas me recordaba el dolor que él me había causado. ¿Podría perdonarlo? ¿Podría darle una segunda oportunidad? Las respuestas no eran claras, pero una cosa era segura: yo ya no era la misma Liona que él había conocido. Ahora era dueña de mi destino, y no estaba dispuesta a mirar atrás.
Leer másC1-UN AMOR OCULTO.
POV LIONA.
—¿Por qué el Alfa tiene que comer comida cocinada? ¿No es más simple y nutritivo solo comer carne cruda? ¡Somos lobos! —me quejé mientras cortaba un poco de zanahoria. La hoja del cuchillo golpeaba con rapidez la madera, pero mi frustración no disminuía.
Soy Liona Lindbergh, y desde que tengo razón soy esclava de la manada “CREPUSCULO”. Fui adoptada por una pareja de ancianos que me dieron un hogar hasta que la muerte los reclamó. Desde entonces, tuve que pagar mi comida y mi techo sirviendo en la cocina del Rey Alfa Darius.
No tenía otra opción.
Debía servir.
—Deberías estar agradecida por tu talento en la cocina, de lo contrario solo tendrías que fregar los pisos como los demás esclavos —dijo Susan al entrar en la cocina.
Me giré para dedicarle una sonrisa. Susan siempre decía lo que pensaba, sin importar lo duro que sonara.
—Tu hermano es un hombre lobo, no un humano —le dije, sin contener mi sarcasmo.
La pelirroja se rió mientras tomaba un trozo de fruta de la mesa.
—No lo culpes. Fue ese Alfa que fue al mundo humano y le metió esa idea tonta de que la comida cocinada es más sabrosa. Yo también aprecio una buena cacería, pero debo admitir que... bueno, la comida de los humanos no es tan mala.
Suspiré, resignada, y seguí cortando las verduras. Susan y yo no deberíamos ser amigas, pero crecimos juntas y nos hicimos inseparables. Además, ella era la única en la manada que no se reía de mí porque no tenía un lobo.
Susan se acercó con una sonrisa emocionada. Sus ojos brillaban con ese destello travieso que solía preceder una noticia jugosa. Porque sí, mi mejor amiga era una chismosa.
—Tengo algo que contarte —susurró.
Dejé de cortar y la miré con suspicacia.
—No me digas que volviste a espiar a Nico.
Nico era el beta del Alfa. Un lobo de pelaje plateado del que Susan había estado enamorada desde siempre. Pero su amor no era correspondido, porque él ya tenía una compañera.
La expresión de Susan se ensombreció y su mirada bajó antes de responder.
—No... no se trata de eso. Además, mi hermano ya... ya ha arreglado un compromiso para mí.
Mis cejas se alzaron por la sorpresa.
—¿Sin ser tu compañero destinado?
—Eso no importa —murmuró, forzando una sonrisa. Pero podía ver la sombra de la resignación en sus ojos—. Mi hermano necesita esa alianza y... debo ayudar a la manada.
Me dolió escucharla.
Ella merecía algo mejor que una unión forzada, pero sabía que en nuestra manada, las hembras eran piezas de intercambio para fortalecer los lazos de poder.
—Quizás ese compañero te trate bien. Tu amor por Nico no es correspondido, ¿piensas pasar toda tu vida así?
Susan no respondió. No podía. Porque sabía que yo tenía razón.
—Bueno, pero eso no es lo que quería contarte —continuó, bajando la voz como si compartiera un secreto prohibido—. El consejo de lobos ancianos le ha dado a mi hermano tres meses. Solo tres meses para elegir a su compañera. Y si no lo hace... ellos la elegirán por él.
Mi sangre se heló.
«Tres meses»
Eso significaba que el… ¿pronto tendría una Luna?
Porque la verdad era que estaba enamorada del Alfa. ¡¿Podría alguien enamorarse sin conocerse?! Pues si no se podía, yo era la primera. A pesar de que se rumoreaba que el Alfa Darius era duro y frío, yo sentía y pensaba otra cosa. Todo sucedió desde aquella vez que enfermé de fiebre lunar y él se preocupó enviando a sus sanadores personales. Desde ese momento se convirtió en mi amor platónico.
Pero ahora ese amor estaba a punto de ser asesinado, porque él iba a unirse a una loba y yo quedaría destruida.
✨ MIS LOBAS, ¡HEMOS LLEGADO AL FINAL DE ESTA HISTORIA! ✨Siempre habrá más aventuras por contar, más destinos por descubrir... pero aunque a veces algunas historias no logran el éxito esperado, "Loba Chef" fue un viaje hermoso, lleno de pasión, sabores y corazones que laten al ritmo de la manada. ❤️🐺¿Y GIDEON? ¡Sí, mi lobo favorito! 💙 Desde el momento en que lo creé, supe que su historia merecía ser contada. Tenía planes de desarrollarla aquí, pero el destino quiso otra cosa... ¡PERO NO SE ESCAPARÁ! Prometo traerla pronto, con todo el drama, la acción y el amor que merece.En ella descubriremos: 🔥 Los desafíos de Darius y Liona. 👶 La dulce (y caótica) vida de Susan y Zander como padres. 💘 ¡Y por supuesto, el romance de Gideon y su pareja! (¿Quién se robará el corazón del lobo maldito?).¡GRACIAS POR ESTAR AQUÍ, POR LEER, POR SOÑAR CON ESTOS PERSONAJES! Un abrazo fuerte y besos lobunos para todas. 🐾💋¡Hasta la próxima aventura! 🌙✨
C105- AMARÁS A UN HIJO.SEIS MESES DESPUÉS…La habitación de Gideon seguía oliendo a encierro, dolor y autodestrucción.De repente, la puerta se abrió sin permiso y Zander entró con una expresión decidida.—Ya es suficiente —espetó.Gideon no respondió, pretendió ignorarlo como lo había estado haciendo los últimos meses. Pero Zander ya estaba cansado y no iba a tolerarlo más.—Estoy harto de verte pudriéndote aquí, fingiendo que todo está bien mientras dejas todo en mis manos. ¡Eres el maldito Alfa, Gideon!—Ya no —gruñó él, agarrando una copa que posiblemente tenía hidromiel—. Quédate con ella.Zander avanzó y le arrebató la copa y lo enfrentó.—No quiero ser Alfa, lo sabes. Quiero estar con Susan. Quiero criar a mi hijo. ¡Quiero mi vida! No esta carga.Gideon apretó la mandíbula y el silencio se alargó. Por primera vez en mucho tiempo, lo miró. Zander sintió que le atravesaban el pecho, porque allí estaba la cicatriz. No era la fealdad de la misma lo que le dolía, sino las consecuen
C104- HERMANO PERDIDO.El salón de guerra estaba lleno. Había guerreros de pie, mapas extendidos, estrategias y un lobo hablaba, pero Zander no podía escuchar. Su mente estaba en otro sitio. Runa le había dicho que el bebé llegaría en cualquier momento y desde entonces él no había tenido paz.Y entonces, llegó el grito.—¡Zander!Fue un solo alarido, reconocible.Empujó la silla y salió corriendo por el pasillo, tropezando con los muros, incluso con sus pensamientos. Estaba seguro: su mujer estaba teniendo a su cachorro.Llegó a una puerta y la pateó.—¡¿Susan?! —gritó, sólo para encontrarse con una anciana que tejía en bata.—La siguiente —respondió ella sin despegar la vista del hilo.Le hizo caso y la abrió, y ahí estaba ella.En la cama, con el rostro bañado en sudor, jadeaba. Pero sus ojos... sus ojos no eran de dolor, sino de batalla.—Te tardaste —dijo con una sonrisa torcida—. Pensé que te habías ido a esa misión.—Nunca —jadeó Zander, sin aliento y acercándose—. Nunca me lo p
C103- EL ALFA QUE SIEMPRE HABÍA AMADO.El aullido de Darius resonó en mi pecho antes que en mis oídos.No era el grito de batalla que tantas veces los había reunido para la guerra. No. Este sonido era distinto, tanto que la piel se me erizó.Miré hacia la colina sagrada, donde las antorchas clavadas en la tierra dibujaban un camino que llevaba directamente a él.A mi futuro compañero.A mi alfa.A nosotros.Respiré hondo y la túnica blanca que llevaba delineó mi cuerpo, las mangas ondeaban como alas y la tierra fría se metió entre mis dedos. No llevaba zapatos - quería sentir la tierra bajo mis pies, la hierba fresca entre mis dedos. Quería sentir cada paso que daba hacia Darius.A mi alrededor, la manada Crespúsculo formaba un círculo silencioso. Todos esperaban a su nueva luna. Al principio me sentí cohibida, asustada, nerviosa. Ellos nunca me habían aprobado.Pero luego recordé quién era y mi poder. Yo era una loba Brione, tenía un don ancestral y eso fue suficiente para que alzara
C102- EL ME NECESITA.DARIUS.No podía creer lo que veía.Había llegado preparado para la guerra, con cincuenta de los mejores guerreros de Gideon, solo para encontrarme con que mi manada estaba... en paz. Y lo peor: Zander, mi irritante cuñado, estaba siendo atendido como un maldito rey por las omegas.Elisa, la pequeña sirvienta del castillo, le ofrecía una copa de vino con adoración en los ojos. Eso me sacó de mis casillas, porque mientras yo estaba preocupado, él estaba aquí demasiado tranquilo.Me acerqué.—¿Se puede saber en qué estabas pensando? Venir aquí, solo. ¿No pensaste en Susan? Por suerte cree que estabas con nosotros. Si supiera que viniste solo, se le paraliza el corazón.Zander bebió despacio y alzó las cejas con esa actitud despreocupada que siempre me sacaba de quicio. Pero no podía hacer nada. Era el compañero de mi hermana. Y, para colmo, la había embarazado.Dejó la copa y se levantó. Nos quedamos a la misma altura, ojos frente a ojos.—Vine aquí, Darius, porque
C101- NO ME VEAS ASÍ.LIONA.Clavé las uñas en mi piel mientras escuchaba los gritos de Gideon, cada uno atravesándome como un cuchillo.Darius caminaba de un lado a otro, tenso, con los puños cerrados. Habíamos vuelto con Daphne y Gideon después de derrotar a Serena. Afortunadamente, Daphne estaba bien, solo un poco golpeada. Pero Gideon... él era quien más nos preocupaba.—¡Maldita sea! —rugió desde dentro de la habitación—. ¡Malditos dioses inútiles! ¡Miren lo que han hecho!No pude más.Mis piernas se movieron solas y, antes de que Darius pudiera detenerme, abrí la puerta de un golpe y solté un jadeo ahogado al ver la escena.Gideon estaba tumbado en la cama, con el torso desnudo, cubierto de sudor, y una fea herida le cruzaba la cara, estaba roja e hinchada.—Diosa… —susurré entre el dolor y la sorpresa.—¡Argh! ¡Mierda! —Gideon se retorció en la cama— ¡¿Qué cosa es esa, Runa?!—Tienes que aguantar, Gideon. Esto ayudará a que sane.—¡PUES PREFIERO NO SANAR! ESA COSA HUELE A ASQUE
Último capítulo