(NARRACIÓN EN TERCERA PERSONA)
Minutos antes de encontrar a Olivia.
El aire en la sala de juntas de Winchester Inc. olía a café cargado y ambición. Lion estaba sentado al frente de la mesa de caoba, con los dedos entrelazados sobre el contrato que acababan de colocar frente a él. Sus ejecutivos aguardaban en silencio, expectantes, mientras él escaneaba las cláusulas finales con esa mirada calculadora que helaba la sangre.
Fue entonces cuando vibró el teléfono. Un solo mensaje de Olivia. Una dirección y nada más. No había explicaciones, pero su intuición le gritó que algo andaba mal.
El cambio en él fue instantáneo. Los músculos de su mandíbula se tensaron bajo su piel blanca, y sus ojos fríos como el acero se encendieron con una ferocidad animal.
—Reunión suspendida. —Anunció, levantándose con tal violencia que la silla en la que estaba se estrelló contra la pared.
Nadie se atrevió a protestar. Lion ya estaba cruzando la puerta, con el teléfono aferrado en un puño mientras con la ot