3: No está dispuesta a ceder

Luego de salir de la empresa en la que trabaja Caleb, subí a mi auto y me dirigí hacia la oficina central donde trabaja Lion. Al llegar, no necesité identificarme, solo subí al elevador y al salir caminé hacia su gran oficina, El rubio al verme saludo con un leve asentimiento y con un movimiento de su mano, me indicó que tomara asiento.

—Lamento venir a molestarte en el trabajo, pero en verdad necesito hacer esto cuanto antes. —Musité ligeramente cabizbaja, mientras sentía como las palabras comenzaban anudarse en mi garganta.

Lion no dijo nada, solo inspiró hondo y se quedó expectante a lo que quisiera decirle.

—Llevo mucho tiempo intentando enmendar las cosas, pero ya estoy harta de esto y necesito que aceptes mi decisión de divorciarme de Caleb. —Expliqué con seguridad, aunque en mi interior me estaba rompiendo a pedazos.

Lion entrecerró los ojos peligrosamente y acto seguido, se cruzó de brazos.

—Esto me recuerda claramente a cuando viniste a mí pidiéndome ayuda hace algunos años, Olivia. Me suplicaste que te diera mi apoyo para que te permitiera casarte con mi sobrino, porque su madre no te aceptaba… Parece como si hubiera sido ayer… —Respondió en tono de reprimenda.

Maldición… Su tono, su expresión… Mejor dicho, su presencia entera me seguía intimidando a pesar de conocerlo desde hacía tanto, en parte por la influencia que tenía sobre Caleb y en parte por la culpa que siento por seguir usando nuestra antigua deuda de gratitud que tiene conmigo desde que le salve la vida años atrás para pedirle favores.

—Mira, Olivia. Te pido que por favor intentes calmarte antes de tomar una decisión definitiva. —Exigió el rubio sin dejar de atravesarme con su penetrante mirada. —Te doy mi palabra, te ayudaré en lo que necesites, pero antes debes pensar las cosas con calma, no vaya a ser que te arrepientas después. —Advirtió.

—No hay más en lo que deba pensar, llevo mucho tiempo dándole vueltas en la cabeza y estoy decidida. Quiero divorciarme. —Respondí con firmeza. —Te prometo que esta será la última vez que te pido ayuda a nombre de aquel viejo favor. A partir de ahora, no volveré a usar mi deuda como una herramienta para pedirte nada más. Lo juro. —Añadí con más intensidad que antes.

Lion se acarició su barba, pensativo, sin dejar de verme a los ojos, con su expresión impasible, como siempre. Así estuvo por unos pocos segundos que parecieron eternos, hasta que finalmente exhaló con pesadez mientras asentía.

—Muy bien… acepto el trato. Pero recuerda que debido a mi deuda contigo, te prometí que te concedería tres favores en total. Los dos primeros ya los has usado con Caleb. Solo te queda uno de ellos. Cuando decidas como usar tu ultimo favor, sin importar lo que pidas, yo te lo concederé. Soy un hombre de palabra y me gusta cumplir mis tratos. —Declaró el rubio con tono serio, mientras oprimía el botón de su teléfono que llamaba a su asistente.

—Gracias… —Musité apretando los labios mientras los ojos se me inundaban de lágrimas, tanto por la tristeza como por la liberación que sentía en mi pecho.

—¿Has venido hasta aquí conduciendo? —Preguntó Lion enarcando una ceja inquisitivamente.

—Si… —Bisbisé apenas.

—Bien… —Dijo desviando la vista hacia su asistente que ya había entrado a la oficina. —Andrés, llévala de vuelta a casa en su auto, Olivia no se siente bien y no está en condiciones de conducir, no quiero que haya ningún accidente. —Ordenó con total autoridad.

(***)

De regreso a casa, tenía la mirada puesta en la nada, más allá de lo que había a través de la ventanilla del auto. Pensaba en como podría llegar a casa luego de todo lo que ha pasado, para meter los últimos diez años de mi vida en un par de maletas.

—Señorita Olivia… —Musitó Andrés haciendo que saliera de mi ensimismamiento. —Disculpe que me entrometa. Pero, quisiera sugerirle que piense bien en cómo usar su última oportunidad con el señor Winchester…

—¿Por qué lo dices? —Preguntó con extrañeza de escucharlo decirme eso.

—Pienso que, por ejemplo, podría usar ese último favor para pedirle al señor Winchester que se case con usted. —Explicó causando que mi corazón diera un vuelco inesperado. —Digo, eso no solo le permitiría humillar por completo a Caleb, sino que también le impediría que su hermana se acerque a Lion,

—Mi hermana? ¿Qué tiene que ver con mi hermana?

—La verdad es que la señorita Beatriz siempre ha estado coqueteando con el señor Winchester usando el trabajo como excusa, y él ya está harto de eso. Además, si tu hermana se casa con Lion, no solo será la heredera de tu empresa familiar, también será la esposa del CEO del Grupo Winchester...

Andrés no dijo nada más, pero yo ya entendí lo que eso significaba.

No me llevo bien con Beatriz, y eso no es ningún secreto.Comenzaba a recordar el año de sufrimiento que pasé en el Sanatorio de Londres, por culpa de mi hermana adoptiva Beatriz, la cual se ha encargado de hacer de mi vida un infierno desde que llegó a la familia. Si ella llega a convertirse en la señora Winchester, entonces mi plan de vengarme de ella será aún más imposible de lograr.

La sugerencia de Andrés era bastante tentadora. Pero Lion ya había hecho mucho por mí, y no quería seguir aprovechándome de él, así que, sin más, esbocé una sonrisa amarga y le respondí al asistente de Lion con una rotunda negativa.

—Gracias por esas palabras, pero tendré que rechazarla. No puedo hacer eso. —Sentencié con firmeza.

Al llegar a casa, bajé del auto al igual que Andrés, quien se despidió rápidamente y luego se alejó calle abajo, mientras tecleaba algo en su teléfono que, hasta ese momento, no sabía de qué se trataba y no le di importancia, así que solo entré a casa y cerré detrás de mí.

(Narración en tercera persona)

Luego de dejar a Olivia en su casa, Andrés caminó hasta la avenida y tomó un taxi, mientras marcaba el número de Lion Winchester en su celular para darle su actualización sobre ella.

—Señor… —Musitó al oírlo contestar.

—Cuéntame… —Pidió Lion con tono autoritario.

—Ya hice lo que me pidió, señor. Le sugerí a la señorita Olivia que se case con usted. Pero parece que no está dispuesta a ceder…

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