Capítulo 31. Una avalancha de sentimientos
Mauricio sabía que debía quedarse junto a Catalina. Su cerebro le decía que había perdido, pero su corazón no obedecía.
Con una declaración tan grande, tan pública, no había trámite, papel o clero en este mundo que hiciera cambiar de idea a Verónica.
Ella había tomado la decisión. Y cuando ella tomaba una decisión, no había marcha atrás.
RECUERDO
A Mauricio le tomó un poco de tiempo entender que su vida había cambiado para siempre.
Verónica estaba embarazada y aún no terminaban el bachillerato.
Mientras todos sus compañeros de clase estaban metidos de lleno en los preparativos de la fiesta de promoción, Mauricio cargaba con el peso de ser responsable del llanto de Verónica.
Había hablado con su padre, aún no enfrentaba a los padres de Verónica, tampoco a su madre.
Manuel Leal, un hombre callado y que le costaba brindar confianza a la gente, adoraba a su nuera.
En la casa de Mauricio era común que prefirieran a Verónica que al mismo Mauricio, después de to