Capítulo 83. Sueños rotos
— ¡¿Qué?! —Expresó Mauricio sin poderlo creer.
—No oyes, y dudo que sea un problema más allá de un crónico caso de machismo.
Mauricio se echó a reír.
—Claro que no puedo defender mi posición con usted. ¿Qué sabrá usted de mujeres?
—Nací hombre, y soy un ser humano perfectamente capaz de entender español y un par de idiomas más.
Mauricio sospechaba que era más de un par, no dijo nada, mientras más rápido saliera del despacho del cura mejor.
—Mauricio, entiendo tu miedo, no solo las mujeres sufren en los matrimonios. Y es que tengo claro que a las mujeres no es fácil entenderlas. Pero si pudiera darte un consejo, te diría que la clave siempre es escucharlas.
— ¿Aunque no entiendas que te reclaman? —Preguntó Mauricio gracioso.
—Aún más si no entiendes. Eres lo suficientemente inteligente para entender si es importante o no, pero no se lo digas. Si una mujer habla contigo de un tema, considera que es importante. Aunque tú no le veas relevancia.
Mauricio miró