Capítulo 84. Un trauma médico
— ¡¿Qué le pasó?! —Gritó Carla impresionada— Se ha cortado las venas por una mujer. Señor que no se muera este bobo —susurró en voz baja—. Quédese quieto doctor, ya lo ayudaré.
Carla corrió por el botiquín de primeros auxilios, al regresar, sorteó los pedazos de vidrios en el suelo que traspasarían sus delicadas pantuflas. Se arrodilló y quitó los pedazos rotos de un vaso cerca de su mano, le puso un paño limpio de cocina y le estiró la mano.
—No pretendí cortarme las venas, solo quería tomar agua —musitó Andrés.
— ¡¿Qué?! —Gritó de nuevo Carla y ciertamente pudo constatar que solo tenía una herida en la palma de la mano. Eso sí, era muy grande y redondeada.
—Necesitará sutura. Venga, apóyese en mí.
Con dificultad lo hizo levantarse y lo llevó a un taburete de la cocina, lo dejó allí mientras fue por la escoba y la pala y procedió a barrer los vidrios.
—Perdón por despertarte.
—No se preocupe, Dr. Nobrega.
La respuesta de Andrés fue un sonoro ataque de hipo.