TRAVIS
—¿Está usted casado?
Por más veces que esa pregunta resonara en mi cabeza, seguía sin entender qué exactamente había hecho desde que entré a esta sala que diera la impresión de que alguien podía hacerme ese tipo de pregunta. Como me desconcertaba la pregunta en sí y no podía entenderla, evalué a la persona atrevida de cuya boca había salido.
Brillante. Ese fue el primer pensamiento sobre ella que me vino a la mente al echarle una larga mirada. Y no me refería al estado de su mente, sino a su apariencia general. Era demasiado colorida, me dolían los ojos al mirarla. Era como si hubiera sido expulsada directamente de la boca de un arcoíris o hubiera caído dentro de una tina llena de purpurina.
A pesar de estar vestida corporativamente con una blusa y una falda de cintura alta, parecía que se había perdido camino a un carnaval o algo así debido a los colores salvajes. Los clips en su cabello, la diadema sosteniendo su apretado moño, la elegante bufanda alrededor de su cuello... tod