Adrien no había dormido, presentar a Marianne como su prometida no fue algo que había calculado, fue un impulso. Ni siquiera sabía si lo había hecho para callar a su madre, marcar territorio o castigarla por coquetear con Giovanni. Tal vez todo junto. Ahora tendría que enfrentarse al lío que él mismo había provocado.
Desde que Marianne entró en su vida, hacía cosas sin pensar constantemente, algo que no era habitual en él, siempre acostumbraba a planear las cosas meticulosamente, las cosas con ella eran diferentes, y no entendía si quería protegerla, o tal vez joderla, pero verla sonreír de esa manera a Giovanni lo había enfurecido, afortunadamente era experto ocultando sus sentimientos, no podía permitir que alguien se diera cuenta de que ella era su punto débil. .
Más tarde se dirigió a su despacho, sentía que la cabeza le iba a explotar, Donson entró poco después.
—¿Estás seguro de lo que hiciste anoche? Presentarla como tu prometida ante tu familia y socios, es algo serio —dijo.