Capítulo 68 . El Encuentro en el Vapor.
Ramiro terminó su última serie de tirones con un gemido sordo. Estaba exhausto, su cuerpo era una masa pulsante de dolor y endorfinas. Sin mirar a Adriana, cuya presencia se había vuelto irritante y predecible, se dirigió directamente a la puerta que conducía a la zona de vestuarios y al spa. Necesitaba calor para relajar los músculos martirizados de su hombro antes de que se agarrotaran por completo.
Adriana lo vio desaparecer y una sonrisa lenta y astuta curvó sus labios. La indiferencia de Ramiro en el gimnasio era un desafío. Ahora que Alejandro se había ido, ella no tenía prisa.
Ramiro entró en la zona de spa, un refugio de mármol y azulejos. Entró al sauna seco. El calor era brutal, pero era un alivio bienvenido para la rigidez de su hombro. Se había envuelto una toalla gruesa alrededor de la cintura y se recostó en los bancos superiores, cerrando los ojos.
Adriana se deslizó por el pasillo hacia las saunas, sus pasos amortiguados. Se detuvo en seco frente a la puerta de cedro.