Capítulo 22. Lo buscaré y lo haré pagar

Ziola se asustó, cuando el hombre amenazó a Nicol y más cuando ella lo enfrentó, aunque sabía que el guardia frente a ellas no estuviera haciendo eso, si no se tratara de una orden de Enzo, a pesar de ello no entendía por qué tenía que matarla, porque si Enzo la quería tanto como parecía y como había demostrado horas antes ¿Por qué ahora la trataba así?

Acercó su mano a Nicol, mientras el hombre procuraba no perder su objetivo.

—¡No! —empezó a decir Ziola, pero Nicol levantó la mano para callarla.

—¡Déjalo! No supliques. Dispara de una vez, no te tardes, que la mano no te tiemble —le dijo, pero esta vez, hasta le sostuvo el arma.

—¿Qué haces? —preguntó Enzo, furioso, entrando cuando vio que ella casi estaba obligando a su hombre a dispararle, sin ningún atisbo de miedo en su expresión, eso le hizo admirarla, porque era muy distinta de la niña consentida que siempre la creyó.

—¿No es eso lo que quieres? Vamos a complacerte de una vez por toda y así acabamos con mi condena de una vez po
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