No sabía en qué momento me había enojado tanto, pero era capaz de sentir cómo la sangre bullía por mis venas.
—No sigas hablando —mi abuelo alzó su bastón en mi dirección —, porque si no…
—¿Qué? ¿Me vas a golpear? Anda, hazlo porque solo eso te falta. Saca mi sangre también, que ella esté en tus manos, así como lo está la de mi madre.
—No tienes idea de lo que estás hablando, Aaliyah.
—No me digas así, que no tienes idea cómo aborrezco ese nombre, soy Kany y seguiré siendo Kany para todo mundo. Yo no tengo relación alguna contigo porque ni siquiera tu apellido tengo y lo sabes bien, pero lo repito de ser necesario.
—Aaliyah es el nombre que tu madre escogió, al despreciarlo también lo estás haciendo con ella.
—Sé bien qué es el nombre que mi mamá eligió y todo porque mi abuela se llamaba así. Pero aborrezco ese nombre, porque esa señora abandonó a su hija y todo por apoyarte a ti, fue primero mujer antes que madre.
—Ella me debía obediencia y es por eso que me apoyó, también por el