VICTORIA:
Guardé silencio ante la pregunta de Ricardo; en verdad no lo sabía. Papá había exigido reunirse con Carlos a solas, y luego fue que aceptó la boda. Por mi parte, firmé todo lo que me pidió en mi felicidad, porque me casaría con el hombre de mis sueños y confiaba ciegamente en papá. No haría nada para perjudicar a su única hija.
Mi padre siempre había sido un hombre firme, difícil de convencer, y su negativa inicial hacia Carlos no había sido la excepción. Luego, todo cambió, como si un acuerdo tácito hubiese sellado la unión, no entre Carlos y yo, sino entre él y mi padre. ¿Lo habría hecho en verdad firmar un contrato prenupcial? ¿Y si era así, por qué nunca me lo dijo? ¿O por qué el tío Alberto no lo sabía? La entrada